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La cura para los “yips” en golf.

El término “YIP” se puede traducir al español como espasmo involuntario. Este espasmo interfiere en la ejecución de un movimiento que requiere una gran coordinación motora. Los “yips” en golf suelen afectar a una parte concreta del juego o a un golpe en especial, por ejemplo, el putt, los golpes de 50 metros, la sacada de bunker…

Todo golfista en mayor o menor medida tiene algún “yip” en su juego o, como mínimo una faceta de su golf donde tiene especial cuidado. Debemos implementar soluciones para los yips, pues no solo pueden destruir resultados, también acaban con la confianza del golfista.

 

En este artículo realizaremos una profunda mirada hacia los yips, sus causas y qué soluciones tenemos a nuestro alcance para mejorar nuestro golf y disfrutar más del juego.

 

¿Qué causa los yips?

En el 90 % de los casos, lo yips tienen más componente mental que físico. Además, la mayoría de yips tienen relación con el juego corto o el putt. Básicamente son algo así como una interferencia mental entre lo que quieres hacer y lo que tus músculos deben realizar.  

Para acabar de rizar el rizo, generalmente, el golfista con yips acostumbra a desempeñarse bien en sus sesiones de entrenamiento, lo que es aún más frustrante cuando ese juego no aparece en los momentos necesarios.

Durante el confort de la práctica pueden mantener la mente tranquila, en calma, hecho que les permite acceder a todas sus habilidades al completo. En el campo (o torneo) con más presión, la mente se agita y “las vías” que transmiten la información a los músculos se bloquean por el miedo o pensamiento excesivo.

El cerebro pierde la capacidad de decirles a los músculos que deben hacer. Creando tensión durante el swing, por exceso de control (para prevenir el yip) lo que se traduce en demasiada tensión, un tempo variable y movimientos inconsistentes.

 

Todas estas reacciones causan que el jugador pierda totalmente la confianza en esa faceta del juego.

Cuantas más experiencias negativas más asociaciones (negativas) realizamos en determinados golpes dentro de nuestro sistema de creencias. El miedo a que nos vuelva a pasar es lo que nos paraliza, consciente o inconscientemente.

 

 

3 pasos para curar los yips.

Estos tres pasos te ayudarán a curar tus yips, mejorando paso a paso en la faceta del juego afectada. Si lo haces correctamente podrás ver un gran avance en tu juego en relativamente poco tiempo.

 

Paso 1: Construye tu proceso de golpeo.

Esto es algo fundamental para cualquier golfista (tenga yips o no), desarrollar un proceso de golpeo que sirva como medición de desempeño en nuestras vueltas.

Como ya he comentado en algún que otro post, no podemos dominar el resultado, ni donde ira la bola, ni controlar nada al 100%. Lo único que puedes controlar al 100% es tu preparación de golpe y proceso de golpeo a eso debes ceñirte siempre.

Si nos fijamos exclusivamente en el resultado o donde acaba la bola es fácil encontrar pegas, elementos negativos o, directamente, desmoralizarse. Especialmente cuando hablamos de yips. Debemos poner toda nuestra atención al proceso de preparación de golpe y golpeo, para no dejarnos influir por los estímulos negativos o exteriores.

 

¿A qué te refieres con proceso de golpeo?

Me refiero a cada acción concreta que realizas, a cada paso que das desde que empiezas a preparar el golpe hasta que te encuentras en posición de finish. Tener un proceso de golpeo bien definido y ceñirse a él en cada golpe es la forma más fácil de maximizar las opciones de éxito.

 

 

Paso 2: Entrena el subconsciente.

En el subconsciente es donde almacenamos todas nuestras memorias y asociaciones. Si tenemos un yip de approach (por ejemplo) y piensas en approchar… habrá una respuesta automática que desencadenará los mismos sentimientos que cuando ocurre un yip o das un mal golpe.

 

Para curar un yip debemos reprogramar el cerebro para tener una relación positiva con el área del juego afectada.

Este proceso requiere adaptación y tiempo, solo hay una forma posible de realizarlo. Repitiendo una historia positiva (en lugar de la que tenemos ahora mismo almacenada) usar la visualización y técnicas de anclaje para fijar esos nuevos pensamientos. Lo ideal es introducirlo en la rutina pre-golpe. Después de un tiempo empezarás a verte más confiado a la hora de jugar en esa faceta del juego que ahora representa un problema.

 

Paso 3: Practica de forma correcta.

Cuando trabajo con golfistas que quieren mejorar su golf, siempre empezamos por el mismo proceso, desgranar sus sesiones de entrenamiento actuales. En la mayoría de los casos me describen procesos bastante repetitivos.

Pegar bolas, una detrás de otra, tratando de practicar o directamente mejorar un aspecto concreto del juego. Esto es útil en el campo de prácticas, pero muy contraproducente en el recorrido.

Siguiendo con el ejemplo del approach, pegar bolas una detrás de otra, a modo de repetición, es una acción dirigida por (la subconsciente) memoria del golpe anterior.

Pero en el recorrido, no vas a approchar cada 15 – 20 segundos. Vas a approchar cada 15 o 20 minutos.

Un golfista con un yip en el approach (o cualquier otro) debería practicar recreando las situaciones de estrés que sacan el yip a relucir. Por ejemplo, ir cambiando de objetivo y distancia en cada golpe.

Cambiando los requerimientos y necesidades de cada golpe incrementamos centrarnos en la intención, características y elementos que intervendrán en el golpe, en lugar de encerrarnos en nosotros mismos a estar pendientes de los movimientos de nuestro cuerpo.

Dedica los últimos 30 minutos de tus sesiones de prácticas para ponerte a prueba, para forzarte a jugar aquello que se te da peor o trabajar en tu yip. Cuanto más realista (pero extremo) mejor.

 

Siguendo con el ejemplo del yip de approach: Llevaremos el juego a extremos opuestos, como si jugaramos en un campo tan corto que todos nuestros segundos golpes son de approach (cortos).

Pega un drive, de salida y, posteriormente tira a un objetivo muy cercano, a 15 o 20 metros. Realizando estas prácticas conseguiras educar a tu cuerpo (y mente) a centrarse en el proceso que en el resultado del golpe.

Además, también añade un extra de presión que ayuda a mejorar el desempeño en los momentos de la verdad.

 

 

 

 

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La cura para los “yips” en golf.

 

Marc Puig

@Golfing_marc

marc@sotapar.com

 

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3 comentarios en “La cura para los “yips” en golf.”

  1. Hola Marc,
    Juego Golf hace 50 años, tengo 63, de ser un jugador de 80s bajos he caido en picada total
    Siempren la practica pego los golpes como me gustaría pegarlos., Al salir al campo es un desastre total.
    No logro hacer un swing aceptable.
    Mi juego corto, approach y putt, terribles, no logro la mecánica.
    Siento que lo que tengo según he leido es YIPS, sumamente arraigado.
    Agardeceré tu comentario

    • Gracias por compartir Albert.
      El lago es uno de los grandes enemigos de muchos golfistas, yo mismo sufría de este mal en mis inicios.
      Mi hermana siempre me decía «imagina que es todo verde, de hierba» y empecé por ahí…

      Una solución puede ser la terapia de shock, salir al campo un día que no haya mucha gente con varias bolas viejas y plantarse delante de un lago…
      pegar bolas hasta que veas que eres capaz de superarlo y «desbloquees» ese miedo.

      Te dejo un link a otro artículo que igual puede ayudarte a empezar:
      https://sotapar.com/segunda-bola-en-golf-siempre-sale-bien/

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