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Hoyuelos en las bolas de golf: motivos y ventajas

Por todos es sabido que las bolas de golf tienen hoyuelos. Uno de los elementos más característico de este deporte, hasta quien no lo haya practicado nunca será capaz de distinguir una bola de golf por sus hoyuelos.

 

Pero no siempre han estado ahí.

 

Las primeras bolas de golf que se fabricaron estaban hechas de cuero en su capa exterior y rellenas con plumas. Su ensamblado era más bien rudimentario, así que, las bolas de golf “Feathery” eran lisas en su superficie y no del todo esféricas.

 

El gran enemigo de estas bolas de golf era el agua, cuando llovía o cuando se mojaban, estas bolas se rompían fácilmente.

 

A finales del siglo XIX llegó una nueva evolución en las bolas de golf, las denominadas “gutties”. Bolas de golf construidas con resinas y gomas naturales. Este nuevo material permitió ensamblar bolas de golf perfectamente (o casi) esféricas y con una superficie más resistente, pero completamente lisa.

 

La dureza de estas bolas les causaba un gran deterioro en su superficie a causa de los impactos, golpes y botes que daba en el recorrido, creando marcas y muescas en la superficie de la bola.

 

La sorpresa llegó cuando comprobaron que las modernas bolas de goma (gutties) volaban mejor y más lejos, cuando estaban deterioradas y llenas de muescas.

 

Entonces los golfistas, antes de jugar sus partidos, realizaban cortes y muescas a las bolas de golf nuevas, para optimizar su uso y conseguir mejores prestaciones.

 

Hasta los años 60 no se patentó un modelo de bola con hoyuelos, gracias a la introducción de un nuevo material. La resina sintética.

 

Como afectan los hoyuelos

Si movemos una bola lisa a través del aire, éste fluirá a su alrededor, de delante hacia atrás (flujo laminar). El aire que fluye sobre la superficie de la bola lo hace a una velocidad más baja que el que fluye por la parte baja, se ralentiza.

 

Formando una presión trasera más baja que en la parte frontal, esta diferencia de presiones crea la fuerza de arrastre, opuesta al movimiento de la bola y que aumenta con la velocidad de la bola.

 

Cuando hacemos volar una bola con hoyuelos, el flujo turbulento (laminar) y la disminución de fuerza de arrastre son a menor velocidad, por lo que la bola consigue volar más tiempo en el aire.

 

Además

Si la bola (con hoyuelos) gira sobre si misma, como es el caso en los golpes de golf, produce el efecto denominado Magnus, generando fuerza hacia arriba, contribuyendo a incrementar el vuelo de la bola.

Las bolas actuales suelen tener entre 250 y 450. Su forma y profundidad también es importante, ya que influyen tanto en la fuerza de arrastre como en el efecto Magnus.

 

Hoy en día existen una gran variedad de modelos y composiciones de hoyuelos en la creación de bolas de golf.

 

¿Te imaginas cómo sería el vuelo de una bola sin hoyuelos?

Como les avanzaba a los suscriptores de la newsleter de golf más activa, desde Titleist lo han hecho possible: creando una bola de golf completamente lisa.

 

¿Y tú? ¿Qué bola juegas?

 

 

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