El minigolf es un deporte alocado, concebido exclusivamente para la diversión, aunque también se celebran grandes competiciones. Lugar de citas por excelencia y zona de recreo para cualquier público.
Jugarlo es siempre sinónimo de diversión, así que es lógico pensar que la historia de estos campos de golf en miniatura sea igual de interesante.
Las primeras referencias como tal fechan de finales del siglo XIX, desde entonces no ha dejado de crecer, llegando a extenderse por todo el planeta. Pero, ¿Cómo empezó todo?
¿Quién inventó los recorridos de minigolf?
Hay mucho escrito sobre los orígenes del golf, de hecho, existen evidencias de que se jugaba a golf muchos años, incluso siglos, antes de que se hiciera en Escocia. Aún así, la aportación de los escoceses hacia el golf es innegable, siendo los “creadores del golf moderno” estableciendo las bases de este deporte tal y como lo jugamos hoy en día.
Aunque se desconoce la identidad exacta de la persona que inventó el minigolf, sí hay evidencias de las fechas y el lugar concreto en el que surgió. Fue, literalmente, en la cuna del golf.
El primer recorrido se estableció en 1867 en Saint Andrews.
No era un minigolf al uso, tal como lo conocemos hoy en día. Más bien se trataba del primer espacio donde las mujeres podían tener contacto y “practicar” el golf. Conocido como El Club de Putt de Damas de St. Andrews se estableció (sin saberlo) como el primer club de putt conocido en la historia.
Inicialmente se trataba de un putting green exclusivo para mujeres golfistas, aunque rápidamente se convirtió en un lugar de rebelión y empoderamiento femenino.
Su primera transgresión, además de abrir las puertas del golf a muchas mujeres, fue acabar con algunos estigmas sociales; como por ejemplo que una mujer levantara un palo de golf por encima del hombro.
¿Cómo eran los primeros recorridos de minigolf?
Hay algo que debemos tener claro; el minigolf ha evolucionado mucho desde sus inicios. Los primeros campos de minigolf no configuraban un espectáculo colorido con obstáculos, loops o figuritas divertidas.
Los primeros recorridos de minigolf eran más bien como un parche de césped sobre cualquier lugar, eso sí con un recorrido perfectamente marcado. De hecho, me atrevo a decir que este recorrido preestablecido era lo único que (en los inicios) diferenciaba un minigolf de un putting green.
Fue en 1916 cuando el minigolf empezó a parecerse a lo que conocemos.
James Barber diseñó un recorrido de minigolf en Estados Unidos con algunas campanas, silbatos y obstáculos. Es ahí donde comenzó la novedad. Tupidos jardines, fuentes, patrones, pasarelas… El minigolf se convirtió en un verdadero espectáculo (y reto) para los jugadores. Ese momento supuso un punto de inflexión para este deporte.
La popularización más bestia llegó diez años después.
En 1926 un par de jóvenes de Nueva York decidieron que la azotea de un rascacielos era el lugar ideal para instalar un campo de minigolf. ¡Y vaya si lo fue! No paso nada de tiempo antes de que otros “inversores” se dieran cuenta del atractivo de este tipo de recorridos en las azoteas.
Durante los siguientes tres años la ciudad de Nueva York enloqueció con el minigolf y por 1929 la ciudad contaba con 150 recorridos en las azoteas.
Intensificando más aún.
La Gran Depresión arrasó con todo y se produjeron muchísimos cambios en el mundo. Evidentemente esto incluye el minigolf. De inicio perdió el fuelle que llevaba y las instalaciones dejaron de ser mantenidas o, directamente, cerraron.
Pero esto no acabó con los aficionados al minigolf. Los amantes de este deporte seguían teniendo ganas de jugar, aunque no tantos medios. Por lo que empezaron a recolectar chatarra; llantas, tuberías, barriles, canalones de lluvia… para convertirlo en los nuevos “extras” del juego, dejando atrás los paradisíacos jardines por obstáculos extravagantes.
Se corrió la voz de esta locura, extendiendo aún más el minigolf, llegando a oídos de Tom Thumb.
Tom se convirtió a diseñador de campos de minigolf, no solo eso, empezó a diseñar los recorridos más locos que cualquiera hubiera visto nunca. Sus recorridos eran una mezcla de golpes complicados, colinas, pequeños obstáculos y colores estrafalarios. Estableciéndose como los recorridos favoritos de los aficionados.
Tanto fue así que para la década de 1940 EEUU contaba con 4 millones de jugadores de minigolf.
La profesionalización del minigolf.
Don Clayton, fundador de “Putt Putt Golf Courses” quiso cambiar las cosas y aportar su grano de arena para la evolución del deporte. Desde 1953 diseño un nuevo concepto de recorridos. Donde los hoyos eran considerablemente más cortos para que fuera posible embocar de 1 con un putt hábil, casi siempre debiendo conseguir más de un rebote óptimo para poner la bola en línea.
El siguiente paso fue organizar torneos para establecer el minigolf como un deporte serio. Tan serio se volvió que llegó a “profesionalizarse” con varios torneos ofreciendo una bolsa de efectivo para los primeros clasificados.
Cuando Lomma Lomma Enterprises Inc. entró en escena solo unos años después, lanzaron una serie de disparatados obstáculos mecánicos. Peligros animados, rampas giratorias, molinos de viento y luces intermitentes: lo que sea, ¡lo lograron!
Estos obstáculos no solo fueron fantásticos a la vista, sino que también agregaron un elemento adicional único en el minigolf, la precisión cronometrada.
Marc Puig Marc@SotaPar.com @Golfing_marc |
Hej!
Una interesante historia la del mini-golf. En Suecia se le suele llamar el deporte familiar del verano porque sea la condición física o edad que tengas, puede jugar y conseguir muy buenos resultados. Además es un rato donde enojos o euforias se disparan se intercambian de un golpe a otro.
Hace un par de años había muchas competiciones de mini-golf a lo largo de todo el país, donde había familias que hacían el circuito para participar en varias competiciones. A ver si después de esta pandemia que vivimos hoy en día se puede volver a retomarlas.
Cada verano yo mismo suelo ir a varios campos de mini-golf para jugar con amigos o mis hijos y realmente son momentos sobre los que luego se habla mucho 🙂 . Tengo pendiente de escribir un artículo sobre los mejores campos de mini-golf de Suecia, a ver si en verano tengo tiempo para ello.
Un saludo desde Suecia