El swing con tempo es el fundamento que te permitirá golpear la bola de manera más consistente, directa y con una compresión ideal, sin importar tu nivel de habilidad.
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¿Buscas la clave para tener un juego más consistente, preciso y, sorprendentemente con mayor potencia?
La respuesta no reside en tener un swing con fuerza bruta, sino en el dominio de tu swing con tempo.
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La diferencia entre un buen golfista y uno excepcional a menudo se reduce a un factor crucial: el ritmo y la cadencia, es decir, tener un swing perfecto.
Mientras muchos golfistas persiguen la velocidad a toda costa, aquellos golfistas más sabios comprenden que la verdadera eficacia reside en el equilibrio y la sincronización, siendo esos los pilares fundamentales de un swing impecable.
En mundo del golf, donde la velocidad a menudo parece la única métrica de éxito, existe un concepto que cuando los golfistas dominan, comienzan a conseguir grandes triunfos, algo tan simple como un swing con tempo y lento que le permite dominiar el impacto de la bola de golf.
Olvídate de la prisa y el esfuerzo desmedido y aprende facilmente como tener un swing armonioso y realmente efectivo porque en este artículo te voy a explicar todos los pasos necesarios para dominar el swing con tempo y cómo transformar tu swing rápido en uno lento y efectivo.
Aunque antes de entrar en materia, quiero comentarte que si estás interesado en conocer más sobre el swing lento, aquí tienes el índice de contenidos para que así puedas ir a leer aquello que más te pueda interesar, y que varios apartados corresponden a la primera mitad del artículo:
1.- Origen e historia del swing lento.
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- Las raíces del swing pausado: Cómo los primeros maestros del golf priorizaban la técnica sobre la fuerza bruta.
- La era de los grandes estilistas: Jugadores que demostraron que la elegancia y el ritmo podían superar a la potencia explosiva.
- La evolución del equipamiento: Cómo la tecnología de palos y bolas ha permitido que un swing más lento siga siendo competitivo.
- Redescubriendo la eficiencia: El swing lento como respuesta a la «carrera armamentista» de la velocidad en el golf moderno.
2. Maestros del Tempo: Golfistas profesionales con swings lentos emblemáticos
3. Desmitificando el swing con tempo: Beneficios y conceptos erróneos
Mitos comunes sobre el swing:
☝️ «Se consigue menos distancia«
✌️ «Aburrido o poco atlético«
🤟 «Solo para principiantes o seniors«
Realidades innegables de este swing:
☝️ La consistencia
✌️ Mayor Precisión
🤟Compresión superior de la bola
👉 Menor riesgo de lesiones y disminución de cansancio
👍 Mayor disfrute del juego y menos frustración
🖐️ Distancia suficiente
4. Principios clave de un swing con tempo efectivo
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- El Agarrelax (grip relajado): Base fundamental para la fluidez.
- Postura y equilibrio: Para un movimiento controlado.
- Ritmo y tempo: El «latido» del swing, para conseguir coherencia.
- Transferencia del peso: La fuente oculta de potencia sin esfuerzo.
- El «pivote» del cuerpo: Caderas y hombros liderando el movimiento.
- La pausa en la cima: El secreto para encadenar el backswing con el downswing.
- Liberación natural del palo: Permite que la inercia actúe.
- Un finish equilibrado: El resultado de un swing bien ejecutado.
5. Transición para el golfista de swing rápido a un swing con tempo
🔍 El diagnóstico inicial: Identificación de las causas de la prisa.
⛓️💥 Rompiendo malos hábitos del swing rápido:
👉 El «Top-Out»: Cómo la prisa en la cima del backswing arruina el swing.
👉 La «punta del látigo«: El intento de generar velocidad prematuramente con los brazos.
👉 El «spin out»: El giro de las caderas demasiado rápido sin una buena secuencia.
🛠️ Estrategias efectivas para la transición:
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- Conciencia corporal: Sentir cada fase del swing a cámara lenta.
- El drill del «uno-dos-tres»: Un conteo mental para establecer el ritmo.
- Drill de la pausa en la cima: Realizar una pausa deliberada en el tope del backswing.
- El «lento-lento-rápido» (pero controlado): Ejercicios de swing donde solo la última parte es más veloz.
- El drill del palo invertido: Balancear el palo al revés para sentir la brisa y el tempo.
- Golpear bolas a velocidad reducida (50-70%): Enfatizar el contacto y el control sobre la distancia.
- Uso de metrónomos o aplicaciones de tempo: Herramientas para entrenar el ritmo.
- Focus en el juego corto: Los golpes de chipping y pitching son el mejor entrenamiento para el tempo.
- Visualización y mentalidad: Imaginarse un swing fluido antes de cada golpe.
- Paciencia y persistencia: Entender que es un proceso gradual de reaprendizaje muscular.
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🔧 Ajustes de equipamiento para la transición: ¿Cuándo considerar varillas más flexibles o bolas de menor compresión para facilitar el cambio?
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- Varillas más flexibles
- Bolas de golf con menor compresión
- Drivers y maderas con mayor loft
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6.- Rutina de entrenamiento para pasar de un swing rápido a un swing con tempo
Paso 1: Desaprendizaje y conciencia (entre 1 y 2 semanas)
Paso 2: Integración con bola y retroalimentación (entre 2 y 4 semanas)
Paso 3: Mantenimiento y refinamiento (continuo)
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7.- ¿Qué opinan los golfistas que tienen un swing con tempo?
Como podrás apreciar, los apartados 1, 2 y 3 no están dentro de este artículo, ya que al tratarse más de historia y conceptos del swing con tempo, están por separado, para así no se hacer interminable este artículo.
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Descubre cómo un swing con tempo fluido y armonioso puede transformar radicalmente tu rendimiento en el campo de golf.
4.- Principios clave de un swing con tempo efectivo.
Lograr un swing con tempo no es simplemente reducir la velocidad de los brazos al hacer el swing.
De hecho, de forma errónea, muchos golfistas piensan que se trata de realizar el backswing de forma lenta y posteriormente compensar con un incremento de velocidad en el downswing.
Hacer un swing con tempo es una intrincada sucesión de movimientos ejecutados con un buen ritmo y control, lo que libera una potencia sorprendente y una precisión inigualable.
Y donde cada elemento se construye sobre el anterior, creando una secuencia de movimientos que es tanto eficiente como elegante.
¿Te acuerdas del swing de Bobby Jones?
Aquí te voy a listar esos pasos para que los pongas en práctica:
1.- El Agarrelax (grip relajado):
El swing con tempo comienza antes de que el palo se mueva: en el agarre, siendo fundamental para la fluidez del movimiento.
La tensión en las manos y los antebrazos se refleja hacia los hombros y la espalda, impidiendo que los músculos grandes del cuerpo realicen su trabajo, por eso es importante relajar la tensión en el grip del palo de golf.
Un ejemplo que yo suelo comentar a mis alumnos es que imaginen que sostienen un tubo de pasta de dientes y no quieren que se salga, y durante todo el movimiento del backswing y del downswing debe realizarse sin apretar el tubo.
Este nivel de relajación permite que las muñecas se «cockeen» (se flexionen hacia arriba) y se «uncockeen» (se extiendan) de forma natural durante el swing.
Con esto se genera velocidad de forma pasiva y sin esfuerzo forzado.
Un grip excesivamente apretado es el enemigo número uno de la fluidez y el tempo.
2.- Postura y equilibrio:
Una buena postura es la base sobre la cual se construye un swing efectivo, sea lento o rápido.
Para un swing con tempo, el equilibrio es aún más crítico, ya que cualquier desestabilización puede llevar a compensaciones con los brazos y romper el tempo.
Para ello, hay que adoptar una postura atlética, con los pies separados a la altura de los hombros, rodillas ligeramente flexionadas, inclinarte desde las caderas manteniendo la espalda recta (no redondeada).
Los brazos deben colgar naturalmente desde los hombros, formando un triángulo con el pecho.
Esta postura te permite girar libremente y transferir el peso de manera eficiente, manteniendo el centro de gravedad estable durante todo el swing.
Un buen equilibrio te permite sentir el ritmo y la secuencia del movimiento sin preocupaciones por caerte o tambalearte.
3.- Ritmo y tempo:
El ritmo y el tempo son el corazón del swing lento. No se trata solo de ser «lento», sino de tener una cadencia constante y fluida en todo el movimiento.
Piensa en una pieza musical: tiene un tempo regular y un ritmo armonioso.
Un buen swing tiene una cuenta mental, como «uno» para el backswing, «dos» para el inicio del downswing y «tres» para el impacto y el finish.
Con este ritmo consistente eliminas la prisa y te permite coordinar el movimiento de todas las partes de tu cuerpo.
Un tempo suave asegura que cada parte del swing se conecte sin tirones o aceleraciones repentinas, lo que resulta en una repetición constante y un contacto de bola predecible.
4.- Transferencia del peso:
La potencia en un swing con tempo proviene principalmente de una transferencia de peso eficiente, no de la velocidad de los brazos.
En el backswing, el peso se mueve hacia el pie trasero (el derecho si eres diestro).
Luego, en el inicio del downswing, la fuerza motriz principal es el movimiento lateral y rotacional de las caderas hacia el objetivo, transfiriendo el peso al pie delantero (el izquierdo si eres diestro).
Esta transferencia es el «motor» del swing.
Debes sentir cómo empujas el suelo con tus piernas y cómo esta energía asciende por tu cuerpo, culminando en la liberación del palo.
Un swing con tempo te permite sentir fácilmente y dominar esta secuencia de transferencia de peso, asegurando que la máxima energía se dirija a la bola en el impacto.
5.- El «pivote» del cuerpo:
Un swing con tempo efectivo se caracteriza por ser un movimiento impulsado por el cuerpo, no por los brazos, esto es importante destacarlo.
El «pivote» del cuerpo –el giro coordinado de caderas y hombros– es fundamental.
En el backswing, las caderas giran aproximadamente 45 grados y los hombros 90 grados, ni más ni menos, manteniendo la conexión entre el cuerpo y los brazos.
En el downswing, el movimiento lo inician las caderas, rotando hacia el objetivo, lo que tira de los hombros, los brazos y finalmente el palo.
Este movimiento en cadena, donde los músculos grandes del core inician y guían, permite que los brazos y las manos actúen simplemente como «látigos» que entregan la energía generada por el cuerpo.
Al priorizar el giro del cuerpo desde las caderas, se evita la tendencia a «levantar» el palo con los brazos, lo que rompe el ritmo y genera tensión.
Aquí es donde muchos golfistas sienten la complejidad del movimiento y por inercia tienden a girar con los brazos, porque les resulta más fácil
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¿Eres de los que le cuesta realizar una rotación de caderas de forma fluida?
Te recuerdo que las caderas son muy importantes para hacer un swing perfecto, y ejercitarlas es indispensable para mejorar tus resultados.
Aquí tienes dos simples ejercicios que podrás hacer en cualquier lado y que rápidamente conseguirás mejorar tu giro de caderas.
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6.- La pausa en la cima:
Este es quizás uno de los principios más distintivos y cruciales del swing con tempo, una breve, casi imperceptible, pausa o «asentamiento» en la cima del backswing.
En lugar de precipitarse hacia el downswing tan pronto como se llega a la cima, esta micro-pausa permite que el backswing se complete totalmente y que el cuerpo «sienta» la posición.
Ese momento de pausa o quietud es vital para evitar la prisa y para que el downswing comience desde la secuencia correcta (primero las caderas).
Hay que entenderlo como un reinicio mental y físico que permite que la transferencia de peso se inicie correctamente y que los brazos caigan en el plano adecuado, sin forzar nada ni pretender moverse con velocidad.
Esa pausa asegura una transición suave y poderosa y nos permite controlar todo el movimiento para encadenar el backswing con el downswing.
7.- Liberación natural del palo:
A medida que el downswing avanza y el cuerpo gira, la potencia acumulada se libera a través de los brazos y el palo.
Aquí la clave de un swing lento es no «forzar» esta liberación con las manos y los brazos, sino permitir que la inercia actúe.
En su lugar, hay que permitir que la inercia del palo y la fuerza generada por el giro del cuerpo hagan la mayor parte del trabajo.
Las muñecas se «uncockean» de forma natural a medida que te acercas al impacto, y los brazos se extienden libremente a través de la zona de impacto.
Al no intentar «golpear» la bola con fuerza con los brazos, es más fácil mantener el control de la cara del palo y permitir una compresión óptima.
Aquí piensa en el funcionamiento de un látigo donde la punta se acelera sin que la mano que lo sostiene ejerza una fuerza repentina.
8.- Un finish equilibrado:
Un swing con tempo efectivo siempre culmina en un finish equilibrado y completo, en cierto modo es la manera de saber que se ha realizado un swing bien ejecutado.
Después del impacto, el cuerpo continúa girando hacia el objetivo, con el peso mayormente en el pie delantero (el izquierdo si eres diestro).
Los hombros terminan apuntando hacia el objetivo, y el palo envuelve elegantemente el cuerpo, con los brazos extendidos y el codo derecho (en golfistas diestros) elevado.
Un finish equilibrado es la prueba de que mantuviste el control, el ritmo y la secuencia correcta durante todo el swing.
Si en ese punto te tambaleas o tienes que «pararte» de golpe, eso te indica que hubo un desequilibrio o prisa en alguna fase del movimiento, lo cual suele indicar que tienes que practicar más.
Un finish completo no solo es estético, sino que asegura que la energía del movimiento se disipó completamente en el golpe a la bola de golf.
5. Transición para el golfista de swing rápido al swing con tempo
Para muchos golfistas, la idea de desacelerar su swing suele parecer una renuncia a la potencia y, por ende, a la eficacia, ya que consideran que eso implica perder distancia.
Sin embargo, para aquellos que actualmente tienen un swing rápido y quizás inconsistente, aprender un swing con tempo y controlado no es una limitación, sino una mejora fundamental para conseguir una mayor precisión y, a menudo, una distancia más efectiva.
Este apartado está pensado para guiar a esos golfistas que quieren hacer una transición de la «furia» con su swing rápido a un «flow» con un swing más lento y más productivo.
🔍 Diagnóstico inicial: Identificar las causas de la prisa
Antes de corregir, es crucial entender por qué el swing del golfista es rápido en primer lugar.
Esa velocidad en el swing rara vez es intencional y suele ser una manifestación de diversos factores:
Miedo a la falta de distancia: El deseo innato de golpear la bola lo más lejos posible lleva a un esfuerzo excesivo.
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Falta de confianza en la técnica: Si no se confía en la mecánica, se intenta compensar con fuerza bruta.
Foco exclusivo en la fuerza muscular: Con la creencia de que la potencia surge únicamente de la fuerza de los brazos y hombros, en lugar de un giro corporal eficiente.
Mala secuencia del swing: Iniciando el downswing con los brazos o la parte superior del cuerpo, en lugar de las piernas y las caderas.
Ansiedad o nerviosismo: Donde en situaciones de presión, el cuerpo tiende a estresarse y acelerarse.
Es importante reconocer la raíz de la prisa en el swing, siendo el primer paso para abordarlo de manera efectiva y una vez analizado determinar cómo solucionarlo.
⛓️💥 Rompiendo malos hábitos del swing rápido:
El swing de un golfista suele presentar patrones de movimiento ineficientes que deben ser identificados y corregidos.
Estos suelen ser de tres tipos:
👉 El «Top-Out»: Las prisas en la cima del backswing arruinan el swing.
Este hábito ocurre cuando el golfista, ansioso por golpear la bola, comienza el downswing antes de que el backswing haya terminado por completo.
No suele hacer una pausa o una transición suave en la cima, y eso le lleva a un cambio abrupto de dirección, pérdida de control y a menudo a golpear «por encima» de la bola (over-the-top), resultando en slices.
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👉 El «Spin Out»: Girar las caderas demasiado rápido sin una buena secuencia.
Aunque un buen giro de caderas es crucial, un «spin out» se produce cuando las caderas giran excesivamente rápido en el downswing, sin que la parte superior del cuerpo y los brazos estén en posición para seguir el movimiento.
Esto suele llevar a una alineación abierta en el impacto, pérdida de equilibrio y a menudo un slice o un golpe de «bola gorda» (fat shot) o «de capa» (thin shot), ya que el cuerpo se adelantó al palo.
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👉 La «punta del látigo»: Intentar generar velocidad prematuramente con los brazos.
Es la tendencia a querer «golpear» la bola con los brazos y las manos desde el inicio del downswing, en lugar de permitir que la rotación del cuerpo libere el palo de forma natural.
Esto rompe la secuencia cinemática, agota la energía demasiado pronto y resulta en una pérdida de velocidad real de la cabeza del palo en el impacto, además de comprometer la precisión y el control.
Un detalle curioso con los tres, es el esfuerzo físico que se realiza en el swing, lo que supone que el golfista aumente su cansancio por ese esfuerzo excesivo que se ejerce.
🛠️ Estrategias efectivas para la transición:
Para transformar un swing rápido en uno lento y controlado se requiere paciencia y la aplicación de ejercicios específicos, ya que no es algo que se pueda llegar a conseguir en un corto periodo de tiempo.
Estos ejercicios son:
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Conciencia corporal: Sentir cada fase del swing a cámara lenta.
Para ello tienes que dedicar tiempo a practicar tu swing sin bola, a una velocidad extremadamente lenta, simulando que estás haciendo cada uno de los pasos.
Concéntrate en sentir el peso del palo, el movimiento de tus caderas, hombros y brazos. Identifica dónde se genera tensión y trabaja para relajar esas áreas.
La clave es crear una memoria muscular del movimiento correcto antes de intentar realizarlo con una bola de golf.
Aquí te recomiendo que lo hagas con un espejo y además grabes varios swings para que un profesor te pueda evaluar si lo estás haciendo bien.
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El Drill del «uno-dos-tres»: Un conteo mental para establecer el ritmo.
Esta es una de las herramientas más sencillas y efectivas, ya que mientras estás realizando el swing, puedes contar mentalmente:
-> «Uno» para todo el backswing (desde el take-away hasta la cima),
-> «Dos» para el inicio del downswing (el cambio de dirección y el inicio del movimiento de caderas), y
-> «Tres» para el impacto y el finish.
Con este simple conteo te ayudará a mantener el ritmo.
Pero un detalle, no quieras contar cada segundo, ya que lo más probable es que necesites un poco más de tiempo, algo que te explico a continuación.
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Drill de la pausa en la cima: Realizando una pausa deliberada en el tope del backswing.
Practica tu backswing hasta la cima y haz una pausa consciente de 2 a 3 segundos antes de iniciar el downswing.
Esto te permite entrenar a tu cuerpo y a tu mente a no precipitarse y a completar completamente el giro del backswing, permitiendo una transición suave y correcta hacia el downswing.
Con la práctica, esta pausa se volverá casi imperceptible, transformándose en una transición fluida que incluso llegarás a realizar sin pensar.
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El «lento-lento-rápido» (pero controlado): Ejercicios de swing donde solo la última parte es más veloz.
Este drill implica realizar el backswing y el inicio del downswing de forma muy lenta y controlada.
Solo en la «zona de impacto» (los últimos centímetros antes y después de golpear la bola) permites una liberación más enérgica del palo.
Esto te enseñará a almacenar la energía y liberarla en el momento adecuado, en lugar de gastarla prematuramente con movimientos acelerados.
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El Drill del palo invertido: Balancea el palo al revés para sentir la brisa y el tempo.
Agarra el palo por la cabeza y balancéalo como si fueras a golpear. La resistencia del aire te forzará a un tempo más suave para mantener el control.
El «silbido» que produce la varilla te indicará dónde estás generando velocidad.
Busca el silbido más fuerte después de la zona de impacto, no antes, lo que muestra una liberación adecuada de la energía.
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Golpear bolas a velocidad reducida (50-70%): Enfatiza el contacto y el control sobre la distancia.
En el campo de prácticas, comienza golpeando bolas utilizando solo el 50% o el 70% de tu velocidad máxima. Piensa en esa sensación cuando realizas el swing cuando ya estás cansado después de jugar 17 hoyos.
Concéntrate en el contacto sólido, el equilibrio y la dirección. No importa la distancia que consiga la bola, aunque te sorprenderá que a menudo esa la distancia no disminuye tanto como imaginas, debido a la mejora en la compresión de la bola.
A medida que te sientas cómodo con el swing, ve aumentando gradualmente la velocidad, manteniendo siempre el nuevo tempo suave aprendido.
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Uso de metrónomos o aplicaciones de tempo: Herramientas para entrenar el ritmo.
Hay aplicaciones y dispositivos diseñados para ayudarte a establecer un ritmo de swing consistente. Un metrónomo, configurado a un tempo específico, puede guiar tu backswing y downswing, ayudándote a internalizar la cadencia deseada.
Aunque no es muy habitual verlo en los campos de práctica, si es algo que se utiliza en muchas escuelas profesionales de golf.
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Foco en el juego corto: Los golpes de chipping y pitching son el mejor entrenamiento para el tempo.
Los swings de chipping y pitching son versiones en miniatura de un swing completo y al practicar estos golpes con un tempo suave y rítmico, estás entrenando los mismos principios de coordinación y control que se aplican cuando juegas con el driver.
Entrena para mejorar tu swing con tempo en el juego corto y ya verás como luego es muy fácil realizarlo con tus golpes largos.
¿Sabías que jugando solo a 100 metros no solo mejoras tu swing con tempo sino que además reduces drásticamente tus errores en el campo de golf?
Y aunque muchos golfistas tienden a jugar «lo más largo posible», jugar cada 100 metros es una manera fácil de terminar cada hoyo sin complicaciones.
Ya que jugando solo a 100 metros priorizas la calidad del golpe frente a conseguir una gran distancia que recorre la bola en el fairway, aunque con eso aseguras en gran medida hacer el par.
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Visualización y mentalidad: Imagina un swing fluido antes de cada golpe.
Antes de cada tiro, cierra los ojos por un momento e imagínate realizando un swing lento, fluido y perfectamente coordinado. Siente el ritmo y el equilibrio, imagina, paso por paso, ese swing con tempo elegante a cámara lenta.
La mente es una herramienta poderosa en el golf y visualizar el éxito te ayuda muchísimo a ejecutarlo.
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Paciencia y persistencia: Entiende que es un proceso gradual de reaprendizaje muscular.
Cambiar un patrón de movimiento arraigado requiere tiempo y esfuerzo, y eso no es algo que se pueda cambiar en unos pocos días.
Habrá días de frustración y recaídas. Sé paciente contigo mismo.
La clave es la persistencia, la paciencia y la convicción de que estás construyendo un swing más sostenible y efectivo a largo plazo.
Celebra los pequeños progresos y mantén el enfoque en el proceso, no solo en el resultado inmediato.
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Hay un dicho muy popular que dice: “el que lo sigue, lo consigue” y ya verás como tu persistencia te trae unos golpes bonitos y efectivos.
🔧 Ajustes de equipamiento para la transición:
Si bien la técnica es primordial, hay que tener en cuenta que el equipo adecuado te puede facilitar enormemente la transición:
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Varillas más flexibles: Considera probar varillas con una flexión más suave (light, regular o senior, dependiendo de tu velocidad de swing).
Una varilla más flexible se «carga» y «descarga» más fácilmente con una menor velocidad de swing, ayudando a generar velocidad de la cabeza del palo sin forzar el swing.
Esto puede dar la sensación de que el palo hace más trabajo por ti y en cierto modo es así ya que al hacer el giro más con la cadera, eso supone que la varilla se flexione más y repercute en una mayor fuerza de impacto de la cabeza con la bola de golf.
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Bolas de golf con menor compresión: Las bolas diseñadas con una compresión más baja están pensadas para deformarse más fácilmente en el impacto, ya que transfirieren energía de manera más eficiente, incluso con velocidades de swing moderadas y más lentas.
Esto puede ayudarte mucho a conseguir más distancia sin necesidad de aumentar la velocidad del impacto con la bola.
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Drivers y maderas con mayor loft: Un loft ligeramente mayor puede ayudarte a lanzar la bola más alta, lo que es una gran beneficio si tu velocidad de swing no es muy alta, lo que maximiza la distancia de carry.
Tener un swing con tempo ejecutado de forma natural es el objetivo de todos los buenos golfistas y conseguirlo te ayudará a bajar de handicap rápidamente y además a disfrutar aún más de tus rondas de golf.
Y para completar lo aprendido hasta ahora, aquí tienes 6 consejos para conseguir un swing natural que debes tener en cuenta.
Porque el golf puede ser muy complicado, pero la mayoría de las veces, lo complicamos nosotros.
7. ¿Qué opinan los golfistas que tienen un swing con tempo?
Marc puig – Coach de golf – SotaPar
Bajo mi perspectiva del swing de golf, realizar un swing lento implica más opciones de conseguir un buen impacto con la bola, algo que se traduce en mayor precisión y distancia.
Un swing lento permite al golfista tener más control sobre el palo a lo largo de todo el swing, especialmente durante la bajada y su paso por la zona de impacto.
Cuando realizamos el swing debemos coordinar varios movimientos en unos pocos segundos.
Por un lado, tenemos el palo, que actúa como una extensión de nuestros brazos pero que no deja de ser un elemento independiente. Por otro lado, nuestro cuerpo. Varios grupos de músculos que se mueven primero en un sentido (subida) para realizar un cambio brusco de dirección al iniciar la bajada.
La clave principal para generar buenos golpes es coordinar el movimiento de nuestro cuerpo con el del palo para que lleguen cuadrados, en sintonía, al momento del impacto. Si el cuerpo se adelanta la bola saldrá a la derecha, si el palo se adelanta, a la izquierda.
Realizar un swing lento, bajo mi punto de vista, da más opciones al golfista tener control y coordinación durante la ejecución del swing. Obteniendo mayor regularidad en sus golpes.
8. Conclusiones finales
La transición de un swing rápido a un swing con tempo de forma efectiva es un proceso que recompensa con una forma de jugar más consistente, menos propenso a lesiones y cansancio y en última instancia, mucho más gratificante ya que podrás conseguir mayores distancias.
Aunque tienes que tener en cuenta que este proceso se basa en aprender a confiar en la eficiencia mecánica de tu swing sobre la fuerza bruta que tú puedas ejercer.
Es más, como puedes ver, dominar estos 8 pasos es la esencia de un swing con tempo realmente efectivo, ya que al centrarse en la calidad del movimiento y la secuencia rítmica, en lugar de la velocidad bruta, tú como golfista podrás desbloquear un nivel de consistencia, precisión y potencia que a menudo superará tus expectativas.
Eso sí, aunque este swing con tempo lo puede llegar a realizar todos los golfistas, es algo que la mayoría no lo hacen esencialmente porque requiere un aprendizaje muy concienzudo y una práctica frecuente.
Muchas veces me he encontrado con golfistas jóvenes en Binga o Möre que se están quejando que no alcanzan grandes distancias o que comenten muchos errores y que al ver jugar a otros golfistas senior que tienen un swing con tempo se sorprenden de cómo golpean la bola de golf.
¿Eres tú uno de esos golfistas?, ¿tienes tú un swing con tempo, o por el contrario eres de los que prefieren golpear a la bola con todas tus fuerzas? 😏
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PabloD Coach de golf PabloD@SotaPar.com |
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⚠ Pero, ten cuidado, esto es solo para auténticos golfistas.
😎 Que quieren aprender y bajar el hándicap, sin excusas.
⛳ Porque conectamos cada día, y no lo aguanta todo el mundo.
😀¿Eres tú un golfista de verdad?