fbpx

Controla tu mente en el campo de golf.

Mente y golf: Tener la confianza necesaria para jugar bien cada vez que pones un pie en el campo no sólo requiere dominar el swing.

 

 

¿Te gustaría llegar al primer tee sabiendo que vas a jugar bien durante toda la vuelta, cada vez que pisas el recorrido? Por supuesto que a todos nos gustaría.

Por desgracia, eso no es lo que experimentan la mayoría de golfistas cuando llegan al tee del 1. Aunque lleguemos al campo llenos de confianza, un solo mal golpe o un putt fallado hace que nuestra mente y nuestro juego se tambaleen.

Es más, la semilla de la duda se instala en nuestra mente y, a partir de ese momento, todo son dudas.

 

¿Qué he hecho mal?

¿Cómo puedo arreglar mi swing?

¿Volveré a cometer un error?

¿Debería compensarlo con el próximo golpe?

 

¡Aquí vamos de nuevo! El pánico se apodera de nuestra mente..

 

La razón por la que no jugamos tan bien como quisiéramos, o tan consistentemente como nos gistaría, es que no abordamos la fuente de nuestros problemas: la auto-duda en nuestro golf.

La duda puede formar parte de nuestro maquillaje permanente o aparecer en un abrir y cerrar de ojos en medio de un swing, un hoyo o una vuelta. Las dudas sobre uno mismo conducen al estrés y a la ansiedad, lo que desencadena nuestro reflejo más primitivo, el de lucha o huida.

Aunque este reflejo ayudó a nuestros primeros ancestros humanos a sobrevivir en un entorno hostil, interfiere en el rendimiento de las habilidades motoras finas, como el golf, que además requieren una concentración visual y mental singular.

 

Dado que el reflejo de lucha o huida no ha evolucionado desde la época de los hombres y mujeres de las cavernas, nuestro sistema nervioso responde al estrés actual como si nuestra vida estuviera amenazada.

Como tal, libera potentes sustancias químicas que dilatan nuestras pupilas para aumentar nuestra visión periférica y así detectar el peligro rápidamente, manteniendo los ojos en constante movimiento.

Esto hace que sea casi imposible mantener los ojos “quietos”, la mente tranquila o los músculos relajados. Es posible que ni siquiera seas consciente de que tus ojos se están moviendo porque estás intentando averiguar qué has hecho mal en el último swing o qué se supone que debes hacer para corregirlo.

 

Nuestros antepasados tenían que responder al peligro de forma rápida, potente e instintiva, por lo que las sustancias químicas liberadas en sus cuerpos también desconectaron todos los procesos mentales que no eran necesarios para la supervivencia, ya que éstos ralentizaban su capacidad de respuesta a la amenaza.

Lo mismo nos ocurre a nosotros en el campo de golf e incluye el estrechamiento del paso entre nuestra mente consciente y los centros de memoria situados en nuestras mentes sub e inconscientes, apagando nuestros centros de control atencional y emocional.

Estos son innecesarios si nos persigue un tigre de dientes de sable, pero los necesitamos si queremos realizar un swing de golf controlado y fluido.

 

Los músculos se ponen tensos y/o nerviosos, lo que hace imposible el control motor fino. Por mucho que lo intentes, nada parece funcionar.

Afortunadamente, existen técnicas sencillas, potentes y científicamente probadas que, con la práctica, tranquilizan los ojos y la mente, centran la atención en un único punto, relajan el cuerpo, calman los nervios y permiten acceder a los centros de la memoria para poder reproducir automáticamente el mejor swing, golpe de putt o lo que necesites en el campo de golf.

 

controla tu mente en el campo de golf -sota par

 

Puedes aprender técnicas de control mental para tu golf. Como cualquier parte de este deporte, tienen que ser practicadas.

Tener la confianza necesaria para jugar bien cada vez que pones un pie en el campo no sólo requiere dominar las habilidades físicas del golf, sino también tener el conocimiento, las herramientas y la capacidad de inhibir o revertir automáticamente los efectos de la duda, el miedo y la ansiedad.

 

Trabajar en la parte mental de nuestro juego no implica estar sentado en una silla teorizando o visualizando. Aunque es una parte importante, donde se deben sentar las bases para construir nuestra mentalidad deportiva. Para la mayoría de golfistas aficionados la mayoría de técnicas quedan lejos, son incomprendidas o sienten que no necesitan trabajar su juego mental en esa profundidad.

 

Seamos sinceros.

Si la mayoría de golfistas aficionados no se preocupa por mejorar su técnica…

¿Cómo iban a dedicarse a mejorar su juego mental?

 

Básicamente no saben por donde empezar, en qué emplear su tiempo o cómo medir su progreso. Ya que estamos abordando la mejora de un aspecto intangible, invisible y muy a menudo incomprendido.

 

Hasta hoy.

Vamos a empezar a dar pasos para mejorar el juego mental, para cualquier golfista independientemente de su nivel de juego o preparación previa. Los siguientes ejercicios están al alcance de cualquiera; son prácticos, simples y efectivos.

 

 

5 FORMAS SIMPLES DE MEJORAR TU CONTROL MENTAL EN GOLF.

Controla tu mente en el campo de golf.

 

 

CINCO.

No uses más de una bola en el putting green. 

Lo más normal es que a la hora de entrenar el putt usemos más de una bola, para ir viendo como responden nuestros golpes e ir corrigiendo. Generalmente los golfistas (yo mismo) mal acostumbran a usar 3 bolas en el putting green.

Hasta que llegó Mark Wilson con su lógica aplastante.

¿Por qué usar más de una bola si en el campo solo tienes un putt?

Y es demasiado simple como para que no se le haya ocurrido a nadie antes. Las capacidades que debes entrenar con el putt son la lectura de greens y ajustar el golpeo en consecuencia.  Si vas repitiendo los putts simplemente ajustas en función de tus golpes, no del green.

Si vas a entrenar, hazlo como en el campo. Usa solo una bola para puttear.

 

CUATRO.

Lo mismo que antes, pero con el chip. 

Este ejercicio guarda la misma lógica que el anterior, pero en otro campo, el juego alrededor de green. Alrededor de green debemos mejorar nuestro golpeo, además de acostumbrarnos a lidiar con la presión de conseguir approach y putt en cada ocasión.

El momento perfecto para implementar este tipo de prácticas son los días previos a torneos. Lo repito, cuanto más realistas sean los entrenamientos más resultados darán en el recorrido.

 

TRES.

Elimina la música.

Lo dice una de las personas más melómanas del mundo, de verdad. La música es un gran elemento motivador que hace los entrenamientos o trabajos más divertidos, más entretenidos. PERO ¿El objetivo es que sea entretenido o que sea efectivo?

Es una práctica cada vez más extendida en el PGA Tour debido a los patrocinios de marcas de auriculares y altavoces a golfistas profesionales. Por ende, los aficionados acaban imitándolo o detectándolo como una práctica correcta. ¡Error!

La música no encaja con tu desempeño en golf, menos aún si lo que estamos intentando es mejorar o consolidar el juego mental. Mantén la música encendida en el coche, en el gimnasio o donde te guste disfrutarla, pero alejada del campo de golf.

 

DOS.

Evita pegar el mismo golpe repetidas veces.

Como decía Sam Snead; Practicar pone cerebros en nuestros músculos.

Algo que nos pasa a todos los golfistas es que pegamos muchos mejores golpes en el campo de prácticas que en el recorrido. En el campo de prácticas no hay miedos, ni consecuencias ni tampoco variaciones, hacemos lo mismo una y otra vez.

De nuevo, nos alejamos de lo que realmente haremos en el campo.

Nunca vamos a pegar 10 drives seguidos, ni 10 hierros 7 ni nada por el estilo.

Esta premisa tiene que ver con el aprendizaje motor y cómo aprendemos mejor. Piensa en el entrenamiento de fuerza en el gimnasio e imagínate haciendo exactamente el mismo entrenamiento cada vez.

 

No mejoraremos si entramos en el modo repetición, golpeando bola tras bola y solo trabajando en el swing. Debemos evitar entrar en un “modo automático” de golpear la bola, lo ideal es ir alternando golpes de forma aleatoria (como pasaría en el campo) para exigirnos la máxima concentración en cada golpeo. Mejoramos forzándonos constantemente a seguir nuestra rutina completa y hacer diferentes tiros.

 

UNO.

Juega y experimenta con diferentes golpes.

Seve trabajaba su salida de bunker con un hierro 3. Esto le forzaba a adoptar un ángulo muy pronunciado para poder hacerlo correctamente, uso este ejercicio durante toda su carrera profesional.

Si estaba acostumbrado a sacar de bunker con un hierro 3 ¿te puedes imaginar la facilidad que le suponía usar un sandwedge?

Ben Hogan fue el inventor del stinger, pero Tiger lo mejoró y popularizó, convirtiéndolo en un recurso generalizado en el mundo del golf.

Este deporte nos permite trabajar mucho con nuestra creatividad, no tengas miedo en probar y experimentar con diferentes golpes. Puede ser divertido y te ayudará a mejorar tu versatilidad tanto técnica como mental.

 

 

Últimas reflexiones:

Trabajar en la parte mental del juego es fundamental para mejorar nuestro golf. Es algo que debemos hacer activamente, como con los ejercicios anteriores, pero también de forma pasiva. Pues el subconsciente es muy poderoso.

Demasiados golfistas practican desde el miedo; si no elimino el slice seguiré pegando malos drives, si no practico el putt haré muchos 3 putts, etc. Ya se entiende. Debemos eliminar este discurso negativo pues el miedo arraiga en nuestra mente subconsciente y estamos, lentamente, estigmatizando estos golpes. Lo ideal es substituirlos por discursos enfocados en positivo, desde la confianza.

 

Trabajo en mi drive porque soy buen golfista y esto mejorará mi juego.

 

Es un impulso totalmente diferente.

La misma mentalidad se aplica a estos ejercicios y estrategias. Todos estos son pequeños ajustes, pero deben abordarse con confianza y no basados ​​en el miedo.

 

 

Controla tu mente en el campo de golf.Marc Puig
Marc@SotaPar.com 
@Golfing_marc
Comparte este artículo en:

Deja un comentario

  +  77  =  84

Descubre más desde Sota Par

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo