El swing de golf es algo complejo, casi nunca sentimos lo que realmente hacemos al mover el palo, por eso practicar los opuestos puede ayudarte mucho.
El golf puede llegar ser un deporte que, directamente, va en contra de nuestras intuiciones e instintos. Nos enseñan a realizar la misma técnica repetidamente para ganar destreza como golpeador de bolas y consolidar nuestro swing.
Pero ¿y si salirse completamente del guion y hacer todo lo contrario de lo que se hace habitualmente puede convertirte en un mejor golfista?
En este artículo, te contaré sobre un método de práctica que creo que puede añadir mucho valor a tus sesiones, incluso puedes usarlo como concepto mental en el recorrido o potenciar las sensaciones de tu swing de prácticas antes de dar el golpe.
No es algo que tengas que hacer todo el tiempo, pero añadir pequeñas dosis de ello aquí y allá puede proporcionar muchos beneficios, especialmente cuando estás luchando con el control del vuelo de bola. Vamos la batalla de todo golfista.
¿Cómo los opuestos pueden ayudar a tu swing?
Uno de los errores principales del golfista aficionado, aunque muchos no se dan cuenta, es que realizan el mismo swing todo el tiempo, con la esperanza de que milagrosamente produzca resultados diferentes.
No solo eso, programan su mente para ser conscientes en todo momento de su “gran fallo” hecho que condiciona completamente su cuerpo a la hora de realizar el swing de golf. Derivando, evidentemente, en golpes defectuosos.
¿Cuántas veces has visto algo así?
Seguramente, en alguna ocasión habrás sido tú mismo quien lo haga.
(Por ejemplo) hay un gran peligro al lado derecho del hoyo, digamos que un fuera de límites, un golfista saca el driver de su bolsa mientras dice alguna de estas frases…
“Vaya… aquí siempre voy fuera de límites”
“Vaya… este hoyo no me va bien por mi slice”
“A ver si hay suerte y no la pego a la derecha, como siempre”
Ya que, este golfista en concreto ha detectado cual es su patrón de golpeo, sus tendencias.
La solución a ello no es desear que salga bien o intentar hacer un swing “raro” para corregir el error. Las tendencias de golpeo pueden solucionarse practicando los opuestos.
¿A qué me refiero?
Pues si eres un pegador de slice. Durante tus swings de práctica intentes pegar un gran hook.
Profundicemos un poco más…
Marc Puig | Jugar a golf sensorialmente y usar las sensaciones está al alcance de cualquier golfista, solo necesitas práctica.
El golf sensorial trata sobre mantenerse en el momento presente y, además, conectado a las sensaciones del golpe que tienes delante. Esto es algo muchísimo más efectivo que usar cualquier pensamiento de swing técnico o, simplemente, pensar qué representaría ese golpe para tu resultado. Cuando pensamos demasiado y tratamos de obtener un control consciente de nuestro swing, éste se vuelve poco fluido. |
Comprender tus tendencias
La queja más común entre los golfistas es que quieren más consistencia en sus golpes, ser más regulares en el vuelo de su bola. Pero en realidad, la mayoría de los jugadores son notablemente consistentes con la forma en que entregan el palo de golf a la bola en el momento del impacto.
Esto podría ser cualquiera de las siguientes categorías:
Trayectoria del palo (de fuera a dentro o de dentro a fuera)
Ubicación del impacto (impacto por la punta o el talón)
Interacción con el césped (control del punto bajo del palo)
El loft del palo en el impacto (añadiendo loft o quitándolo)
Por ejemplo: Cuando yo le pego a la bola, mi trayectoria suele ser dentro -fuera, tengo un ángulo de ataque poco profundo con los hierros y golpeo con la punta de la cara cuando no estoy muy fino.
Es decir, que mi fallo habitual es pegar un gancho que cierra la bola en exceso.
Con el tiempo, nuestras tendencias pueden volverse extremas. Convertirse en un mejor golfista implica luchar contra esos extremos y volver al llamado «territorio funcional». He descubierto que hacer exactamente lo contrario, o «combatir el fuego con fuego», puede ayudar a neutralizar el problema.
El mejor punto de partida es conocer tus tendencias. Puedes medir su ubicación de impacto, trabajar con un profesional de la enseñanza, utilizar un sistema de seguimiento de golpes o incluso utilizar un monitor de lanzamiento para comprender las inclinaciones de su swing.
En la siguiente imagen podemos ver a Tiger Woods exagerando su swing para desarrollar la sensación que realmente quiere, y lo hace practicando opuestos, fíjate en lo plano que es su primer swing y lo vertical que es el segundo.
Cómo puedes experimentar mientras practicas
Por suerte, este método de práctica es bastante sencillo. El objetivo es que hagas un poco de autoexploración y salgas de tu zona de confort. En términos generales, quiero que hagas exactamente lo contrario de lo que parece que te cuesta.
He aquí algunos ejemplos:
Si estás golpeando demasiado cerca del talón del palo, intenta conscientemente golpear la bola con la punta.
¿Estás luchando con un slice desagradable? Intenta golpear el mayor gancho imaginable.
¿tu vuelo de bola suele ser demasiado alto? ¿Qué puedes hacer en tu configuración y swing de golf para mantener la bola más baja?
¿Pega sus golpes de hierro «pesados»? Intenta conscientemente tratar de golpear el suelo varios centímetros por delante de la bola durante la práctica.
Aunque no puedo explicar todos sus resultados, creo que muchos de vosotros veréis que ocurren cosas interesantes cuando hagáis esto. Ir de un lado a otro en la práctica de los extremos y luego tratar de golpear la bola «normalmente» podría reducir muchos de los problemas que tienes en tu swing.
En general, la razón por la que me gusta este tipo de práctica es que ayuda a desarrollar tu habilidad. Demasiados golfistas tratan de encajar en algún modelo de swing y hacer que su técnica se vea de una determinada manera (que no es la suya). Sin embargo, lo más importante son tus habilidades inherentes como golpeador de bolas, no lo bonito que se vea tu swing de golf.
Así que la idea general de este post es que intentes mover el palo de forma opuesta a lo que es tu swing “normal. Ya sabes que las sensaciones nada tienen que ver con la realidad y, aunque te parezca que estás realizando un movimiento de swing muy exagerado, el cambio real habrá sido de unos pocos milímetros, casi imperceptible.
Deja de preocuparte por donde se mueve tu palo y empieza a fijarte, solo, en el vuelo de tu bola, al final del día (o de la vuelta) es lo único que importa.
Marc Puig
Marc@SotaPar.com
@Golfing_marc