En nuestro deporte, cada golfista es un mundo. Supongo que es algo característico de los deportes individuales. Donde cada persona, de forma individual, acaba desarrollando su forma de entender y practicar el deporte, su estilo, su swing.
Sinceramente pienso que esto es una de las grandezas del deporte, te permite una gran libertad, aunque estés practicando uno de los deportes más técnicos del mundo. Como todos sabemos, para golpear bien a la bola de golf hay que hacer el swing correctamente, cumplir con unos parámetros… el lado bueno es que hay tantos swings correctos como golfistas.
En golf, como en la vida, todos vamos encontrando aquellos golpes, trucos, estrategias, que nos funcionan mejor. También los que nos van peor o, directamente, son un desastre. De nuevo, como en la vida, lo aprendemos a base de experiencia.
Y es que el golf transmite unos valores muy interesantes, de los que se empapa todo el mundo que practica este deporte.
Bueno, todo el mundo no.
Existen los golfistas del ego.
Los bauticé así una vez y ya les dejé el nombre puesto. La etiqueta. Son aquellos golfistas que lo único que buscan cuando juegan a golf es alimentar su ego. Su problema es que, al contario de lo que piensan, casi todas sus decisiones juegan en contra de su golf.
Básicamente los golfistas del ego no quieren mejorar para jugar mejor a golf, simplemente quieren ser mejores que los demás. A todos los niveles.
¿Por qué ser un golfista de ego te perjudica?
El golfista del ego se amarga jugando a golf.
Como ya he avanzado, el golfista del ego solo se preocupa por una cosa. Su ego. Para ensancharlo tiene que ganar, jugar bien, ser el mejor. Así que, cuando las cosas se tuercen… ¡él también!
Si no juega bien, lo notarás. No por sus golpes o el vuelo de sus bolas, lo notarás en su actitud y comportamiento, no se lo va a pasar nada bien y no va a permitir que nadie disfrute del partido. En su mentalidad no entra divertirse, solo ganar.
El golfista del ego juega con palos que no son para él.
Lo más característico del golfista del ego es su material. Aunque siempre lleva en la bolsa las últimas novedades del mercado, su material, directamente, juega en su contra.
A la hora de comprar material de golf hay que tener clara una premisa. Debes elegir el que se adapte a tu juego. Nunca al revés. Por ello el golfista del ego se pierde en agresivas campañas de márquetin. Los últimos modelos son los mejores, si los juega Jon Rahm también me irán bien a mí, etc.
2 ejemplos tontos y reales:
He visto golfistas con hándicap de dos dígitos jugando un set de hierros blade. Muy chulos y bonitos, pero no los podía mover. Eso sí, en la bolsa quedan de lujo.
He visto golfista perdiéndose con las cabezas y modelos de drivers, para ganar más metros. Puedes tener la mejor cabeza de drive del mercado, pero sin la varilla correcta no va a mejorar nada tu swing.
No acepta los consejos o críticas.
El golfista del ego es el mejor, en todos los aspectos. Por lo que nadie puede decirle nada, realmente se toma a mal los consejos o las sugerencias. Especialmente si son enfocados al swing o a aspectos relacionados con el partido; como el ritmo de juego, reglas, etc.
Por otro lado, al contrario de lo que se pueda creer, sí le gusta aconsejar a los demás. No es que le guste, lo necesita, se cree con los conocimientos, con la proximidad y prácticamente con el deber de instruir a todos aquellos golfistas que no siguen su ejemplo.
Creo que se entiende el concepto.
En definitiva, el golfista del ego no entiende los valores del golf. Mucho menos los comparte. No se apoya en otros golfistas para mejorar, simplemente se compara constantemente con los demás y, si puede, intenta dejar claro por qué él es mejor.
¡No me seas golfista del ego!
Aunque nadie se lo diga, ya lo hago yo. A nadie le gustan los golfistas el ego.
La magia del golf es compartir, ayudarse y conocer gente. A mí, personalmente me han dado muy buenos consejos de forma altruista, personas que ni conocía pero que habíamos sido emparejadas en un grupo o, directamente, que acababa de conocer en el campo de prácticas.
Pienso que el golf es uno de los pocos deportes individuales que se comparte en su totalidad con los rivales. Así que, por favor, no olvides nunca esto. No te conviertas nunca en un golfista del ego.
¿Has jugado alguna vez con algún golfista del ego?
Marc Puig
@Golfing_marc
marc@sotapar.com
SI, Y ES INSOPORTABLE. ESTÀ UNO DESEANDO QUE TERMINE LA PARTIDA, POR EL ESTRES QUE TE CREA. PERO TIENE UNA COSA POSITIVA; ME PROMETÍ QUE
JAMÁS JUGARIA AL GOLF ASÍ. COMO TODO EN LA VIDA, DE UNOS APRENDES LO QUE ESTÁ BIEN, Y DE OTROS LO QUE NO DEBES HACER
Hej!
Que razón tienes, de verdad que jugar con un «golfista de ego» es una experiencia que le quita todo el encanto a una bonita jornada de golf. He tenido la «mala suerte» de jugar con alguno y de verdad que al final es imposible disfrutar del juego, todo son fallos del campo, que si hierba está muy húmeda y no rueda bien la bola, que los árboles deberían estar podados para que la bola vuele bien entre ellos, que el lago está más lleno de lo normal y la bola va al agua por ello.
Alguna vez he pensado que sería divertido escribir una lista de «excusas que usan en vez de admitir que no lo hizo bien» y ponerlo en la casa club para que la gente vaya marcando cuales son las más mencionadas 😉
Un saludo desde Suecia