Las vacaciones de hace dos veranos las pasé en la otra punta del país.
Cargamos el coche y nos fuimos:
- 2 maletas
- 2 perritos
- Mis palos de golf
Mi propósito era descubrir campos “poco conocidos” y desconectar. Evidentemente, jugando al golf.
Empezamos la aventura en la Galicia Rural, en un pueblecito de Ourense con apenas 4.000 habitantes. Ahí desconexión toda la que quieras, pero golf, más bien nada.
El campo más cercano era Aguas Santas Golf, a menos de 30Km. Así que lo pospuse a la mañana siguiente.
Al llegar al club era día de torneo, decidí apuntarme. Así jugaría con golfistas locales, me mostrarían el camino correcto en cada hoyo y me recomendarían otros campos.
Una vez en el tee, me tocó marcar a Vicente.
Un hombre de mediana edad, con un swing rápido, poco ortodoxo, pero efectivo. Se le notaba en la cara la felicidad que desprendía.
¡Estaba enamorado del golf!
Observando la tarjeta vi que tenía un handicap bastante alto pero un juego muy resolutivo. En los 2 primeros hoyos consiguió 7 puntos stableford.
Entre golpes íbamos charlando, me contó que era su segundo torneo de golf. Puesto que en la zona no se celebraban demasiadas competiciones, pero que jugaba casi cada día desde hacia pocos meses.
Vicente disfrutaba mucho del juego, había conseguido 25 puntos en solo 9 hoyos. Nadie del grupo comentó nada -para no influenciarlo- pero todos veíamos que tenía muchas opciones de ganar el torneo.
Tras el reparto de premios, los 4 del grupo compartimos unas cervezas mientras brindábamos por el campeón.
Todo el mundo estaba asombrado por el vino, con algo de envidia felicitaban al campeón mientras examinaban las botellas una a una, como yo no lo conocía… pregunté.
Finalmente me contaron la interesante historia de la bodega.
Ese vino se había logrado elaborar gracias a la recuperación de una parcela de cepas centenarias en un pueblo que se estaba quedando deshabitado cerca del campo de golf.
Las bodegas escondían una historia fascinante, prácticamente de amor.
Una historia romántica de golf, naturaleza, tradiciones y recuperación de los pueblos rurales. Regada con vinos únicos.
Se trata de la iniciativa de un agricultor y bodeguero de un pueblo de Ourense y, como todas las buenas historias, empiezan casi por casualidad relata Vicente.
En abril de 2009 Javier se topó con una de las mejores viñas que había visto.
Un suelo de calidad para el cultivo, muy bien orientada para recibir al sol, parecía abandonada, eso sí.
Pero vió todo su potencial, solo necesitaba unos arreglos y un poco de amor.
Así que no se lo pensó dos veces. Se apeó hasta la furgoneta, cogió algunas herramientas y se puso a limpiar la maleza y podar la viña.
Era una pena dejar esa joya a su suerte… ¡Empezó a investigar!
En poco tiempo pudo localizar a los propietarios de los terrenos e incluso localizó a una de las herederas. Con quien compartió su trabajo de días anteriores y le propuso de seguir cuidando de la viña.
A la señora, le afloraron las emociones pues era una viña familiar, donde jugaban de pequeños. Así que dio su visto bueno para que Javier siguiera trabajando en ella.
Tiempo más tarde tras mucho progreso, Javier volvió a contactar con ella, la viña lucía como nunca, pero necesitaba mayores cuidados; Estacado, abonado, replantado, etc… Además, a Javier le gustaría acometer la inversión en algo propio, así que le pidió que le vendiese los terrenos.
La heredera aceptó, pero le explico que la finca tenía 8 herederos derivado de la política hereditaria y del minifundismo de Galicia.
6 meses más tarde, y con infinidad de gestiones en notarias, herencias, últimas voluntades etc…al final se pudo llevar a cabo la compra.
Para arrancar el proyecto, Javier García, el bodeguero, propuso vía internet, la participación en la recuperación de la viña, a través de una plataforma de crowdfunding,
Recompensando a sus mecenas con una caja de vino tras vendimiar la parcela.
La respuesta a esta romántica propuesta no pudo ser mejor, y más de 200 mecenas de todo el mundo, se involucraron con la viña, consiguiendo la financiación necesaria.
Por lo visto a los 2 años los mecenas recibieron su vino y su camiseta conmemorativa a
casa, así es como las botellas acabaron en la mesa de premios del torneo.
El vino era tan bueno que ganó todos los premios a los que se presentó, convirtiéndose en uno de los vinos de culto de España.
Las Bodegas Sampayolo
Contacté telefónicamente con Javier García para saber más, me presenté y le introduje brevemente el motivo de contacto.
“Me pillas en medio de la viña” me respondió literal con tono cercano (se le nota que es un apasionado de la viticultura).
Aprovechó para contarme más detalles acerca de las viñas.
10 años sin tratamientos, herbicidas ni glifosfatos… ¡Y siguen cosechando premios!
- 2º premio Feria del Vino 2016
- Distinguido Gallaecia 2016
- Gran Oro guía de vinos de Galicia 2016
- 1er premio Feria del Vino 2017
- Distinguido Gallaecia 2017
- Gran Oro guía de vinos de Galicia 2017
- Medalla de Oro Revista Hostelería Gallega
- 1er premio Feria del Vino 2018
Entre otros….
Verdaderamente, las bodegas Sampayolo esconden una historia fascinante. Prácticamente romántica.
Mi propuesta de nombre:
Yuhha
Ari
Mikka
Brigitte
Saludos