El otro día leí la mejor definición posible del golf.
Es cierto que, quizá, ya haya dicho esto con anterioridad. Supongo que cada vez que descubres una nueva, pasa a ser la mejor.
Pero esta dudo mucho que pierda el titulo.
Por lo menos para mí.
Cuando me vuelvan a preguntar qué es el golf para mi, replicaré la respuesta del golfista Bruce Crampton.
El golf es un compromiso entre hacer lo que tu ego te dice, lo que la experiencia te recomienda que hagas y lo que tus nervios te permiten hacer.
Además.
Me atrevo a aventurar que en todos los partidos de golf que jugamos, pasamos por las tres fases.
Inicio de la vuelta.
Sales con todo, guiado por tu ego o, por lo menos, con la confianza alta. Lo bastante como para atreverte a arriesgar e intentar “dominar el partido”.
Por dominar el partido no me refiero a tomar decisiones agresivas, pero sí a jugar el campo a nuestra manera. Por ejemplo.
- Si nuestro mejor golpe a bandera es desde X metros, desde el tee, golpearemos para dejar la bola a esa distancia de green.
- Nos enfrentamos a una calle curvada y nuestro efecto dominante va en esa dirección, jugaremos la salida con efecto para dibujar la calle.
- Te sientes con confianza y tienes el green a tiro, en el par 5, de 2 a green.
Estas hipotéticas situaciones son muy comunes en el campo de golf. Siempre se dan cuando nos guía el ego, la confianza. Ya sea porque estamos al principio de la vuelta o porque nos encontramos jugando bien, pero, lo más complicado es mantener este momento.
Alargarlo durante los 18 hoyos.
Mediados de vuelta.
Generalmente, al golfista aficionado le van pesando los hoyos a medida que avanza la vuelta. Y se contagia del juego de los primeros hoyos.
Los hoyos centrales son cruciales a nivel mental dado que es cuando se empieza a relativizar con el resultado y, como consecuencia, se empiezan a realizar variaciones en el juego.
Casi siempre a asegurar.
Esta transición de juego, suele darse en los hoyos que conforman el segundo tercio de la vuelta. Especialmente al cruzar hacia el tee del 10. El principal error es relativizar con el resultado total.
“he hecho 20 puntos en la primera vuelta, si sigo así, conseguiré 40”
Ahí, en ese momento, empieza la debacle.
Al tener esos pensamientos nos entra algo en el subconsciente… ¡No la quiero liar! No quiero perder golpes, ya que, a la mínima, parece que vamos a perder todo el resultado.
La experiencia nos empieza a condicionar.
- “Cuidado en ese hoyo que la liaste”
- “Ojo que no abras mucho la bola, hay fuera de límites”
- “Desde tan lejos acostumbras a hacer 3 putts…”
O peor. Los por si acaso.
- Jugaré corto para asegurar calle, por si acaso fallo el drive.
- Jugaré antes del agua, por si acaso voy al lago.
- No jugaré a meter, por si acaso hago 3 putts.
Cuando hacemos variaciones en nuestro juego, para amarrar el resultado, nos equivocamos. El motivo principal es que, inconscientemente, le estamos diciendo a nuestro cerebro que hay un peligro (del que queremos huir).
Pero eso simplemente desvía nuestra atención a todo lo negativo, en lugar de centrarnos en lo que importa. Nuestro golpe.
Si estás jugando bien, siempre debes intentar mantener la racha de buen juego. No cambies tus golpes para jugar seguro. Sigue haciendo aquello que te ha salido bien durante los hoyos anteriores. Esa es la experiencia que debes escuchar.
Final de vuelta.
En este tramo no se salva nadie.
A menos que seas James Bond y tengas unos nervios de acero.
Los hoyos finales son siempre los más complicados de gestionar, empezando por la gestión emocional (y de nervios).
Como todas las limitaciones en golf, es algo puramente mental. Piénsalo así, todos los hoyos son igual de importantes. Aunque la salida del 18 puede parecer clave para mantener el resultado, no es más importante que la del 6 o la del 12.
La teoría la sabemos todos.
Pero a la práctica es muy complicado afrontar los últimos hoyos de la vuelta cuando llevamos un buen resultado. Aquí mi recomendación es escuchar a tu cuerpo.
- Si el cuerpo te pide drive a saco por encima de bunker hazlo.
- Si te pide medio golpe, pues medio golpe.
- ¡Lo que sea!
En los hoyos finales todo vale, la cuestión es finalizar como tu juego te está pidiendo.
Evidentemente, esto no es garantía de que salga bien.
Puede que escuches a tu cuerpo e igualmente el golpe salga mal, pero una cosa está clara, como comentaba anteriormente, si centras tu atención en lo que quieres hacer en lugar de en lo que no, tienes más opciones de que salga bien.
Por último, esto es algo muy personal, no te podrás arrepentí de no haberlo intentado. A mí, es el pensamiento que más me atormenta después de una vuelta y, en mi mente, pesa mucho menos que haberlo intentado con mal resultado.
¿Qué fases vives en tus vueltas?
Comentarios más abajo.⬇⬇⬇
Para mí el problema de los 3 o 4 ultimos hoyos es (creo) el cansancio.
Además, lo mismo hago 13 puntos Stbl. en los 9 primeros hoyos y 24 en los 9 últimos, que al revés. Desesperante oye !!!
siempre me gusta leer tus comentarios. gracias
¡Muchas gracias Ervigia! 🙂