Los putts cortos son uno de los golpes más fáciles de realizar «físicamente» pero psicológicamente pueden suponer una gran carga para el golfista.
El pasado fin de semana jugué una vuelta con un viejo amigo de golf, nos conocemos desde pequeños y hemos compartido muchos, pero que muchos momentos de golf. Es muy buen golfista, consolidado en handicap negativo.
Evidentemente, le pega muy bien a la bola.
Pero, desde hace poco (según me comentó) y lo que ví en el campo… ha perdido mucha confianza en los putts cortos. El caso es que falla ocasiones de birdie bastante claras y, en el peor de los casos, esa ocasión de birdie se convierte en un bogey.
Como sabe que soy un friki de la parte mental del golf estuvimos practicando algunos golpes en el putting green. A ver si encontrábamos la causa de sus malos putts cortos.
Cuando le pregunté de qué es consciente antes, durante y después de esos putts, dijo literalmente:
«Puedo sentir cómo se acumulan los nervios y esa vocecita en mi cabeza me dice: «¡No falles este putt!» o “Éste deberías embocarlo”. Puedo sentir que mi mente divaga y que, a vece, me quedo mirando la bola o la caída durante más tiempo del que toca…
Lo vi claro al momento, así que le corté:
¡Estas pensando más en evitar el fallo que en meter el putt!
Después de preguntas más y algo de reflexión dimos con 3 claves a practicar para embocar más putts cortos.
¿Cómo embocar más putts cortos?
Primero.
Toma conciencia de en qué te estás enfocando mientras esperas tu turno para puttear.
Muchos de los jugadores que han tenido problemas con el putt pasan por este proceso. Mientras esperan su turno de putt se dedican a pensar en todo lo que podría pasar con ese puttt. Incluso llegan a tener diálogos internos:
“Necesitas meter ese putt para hace par”
“Si fallas te colocarás +10”
Etc.
O lo que es peor:
“Mejor que no hagas como en el último green”
“Cuidado no la cagues como siempre”
Ya sabes a lo que me refiero.
Si te quedas ahí parado, pensando, mientras tus compañeros de partido puttean, lo único que vas a hacer es generar tensión en tus músculos y estrés en tu cuerpo (y mente) Que derivará en swing imprecisos, malos impactos y putts fallados, por cortos que sean.
El espacio entre golpes es para mantenerse en el presente. Intenta activar tu mente para pensar en el golpe (nunca en sus consecuencias) una vez empieces tu rutina.
Segundo.
Mantén un proceso consistente.
Es básico concentrarse en aquello que es realmente importante (para nosotros mismos) en la rutina previa al putt. Por ejemplo, algunos golfistas deben prestar mucha atención a la línea mientras que, otros, necesitan centrarse más en la fuerza del golpe o leer bien la caída.
Crea una lista de verificación previa al putt, con todos los puntos en los que debes concentrarte y tomar conciencia, antes de cada golpeo: Ya sea la alineación, el punto intermedio de rodada, la caída, línea de salida, distancia del golpeo… lo que sea, lo que te funcione a ti como golfista. Haz de esto un hábito (mental) antes de cada putt.
Tercero.
Comprende dónde está tu concentración justo antes de golpear.
Mi amigo golfista ya me había confesado que miraba la bola por más tiempo en putts cortos. De hecho, puedes saber cuando un golfista está luchando con su confianza en el golpe por el tiempo que pasa mirando la bola antes de iniciar el swing.
El tiempo entre colocar el putter detrás de la bola y comenzar el golpe es muy importante. Si no estamos haciendo que cada putt sea «reactivo» a lo que vemos frente a nosotros, entonces damos tiempo para que se asiente la duda, lo que afectará la fluidez del golpe.
Los buenos putteadores permanecen comprometidos con el objetivo y la intención del putt, y comienzan su golpe cuando sus ojos vuelven a la bola, después de haber mirado el hoyo.
Aquí hay un truco que puedes probar para lidiar con este momento. Haz estos pasos a la cuenta de “1-2-3-4-5”.
- Coloca el putter detrás de la bola alineándolo con el punto o la línea de la bola
- Mira el hoyo e imagina la línea del putt y por dónde entrará la bola en el hoyo
- Mira la bola e identifica el punto de impacto con el palo
- Vuelva a mirar el hoyo e imagine la línea del putt y por dónde entrará la bola en el hoyo.
- Mientras vuelves a mirar la pelota, comienza tu golpe.
Esta secuencia asegurará que tu mente consciente esté completamente ocupada (en algo positivo) antes de “apretar el gatillo” con poca tensión. Pruébalos y estoy seguro de que embocarás más putts cortos.
Últimas reflexiones:
Ya sabemos que el putt es uno de los golpes del golf donde menos influye la técnica y más la mente. En la mayoría de los casos los putts fallados o los líos en el green se deben a una complicación mental; ya sea por miedo a fallar o falta de concentración.
Por lo que la mejor fórmula para mejorar tu juego en green, con el putter en la mano, es más efectivo trabajar la confianza (mente) que en la técnica (físico).
Muy buenas éstas reflexiones. Yo creo que el golf es muy dificultoso porque, al ser una juego de accion y no de reacción (estamos estáticos frente al golpe hasta comenzar a ejecutarlo), se nos meten dudas y pensamientos del tipo de los que comenta Marc en este post. Y allí la complicamos. El golf es un juego mentalmente maravilloso