El tee de madera que usamos los golfistas para dar el golpe de salida es un invento relativamente moderno, todavía no es centenario, pero le queda poco.
Cuando el golf se popularizó, digamos, en los inicios del golf moderno “para entendernos” los golfistas debían ingeniárselas para elevar la bola antes de pegar el drive.
El único método que funcionaba realmente era bastante sucio.
Utilizaban arena y agua (poco cristalina) para crear montoncitos con forma piramidal para sostener la bola elevada, tal y como se puede apreciar en la siguiente foto.
Una práctica poco recomendable si instantes después debes empuñar el palo de golf para golpear la bola. Además de poco refinada, para las costumbres de la época.
A finales del siglo XIX algunos jugadores de golf disgustados con la sucia arena empezaron a ensamblar artilugios diseñados por ellos mismos.
En 1889 llegó la primera patente de un tee de madera.
Como no podía ser de otro modo, la primera patente de un artilugio diseñado exclusivamente para sostener bolas de golf la registraron dos escoceses. William Bloxsom and Arthur Douglas que diseñaron un soporte plano del cual salía una especie de tubo hueco, donde sostener la bola de golf.
Algo parecido a los tees que usamos con las alfombras de prácticas, pero rígido
Diez años más tarde llegó la revolución.
George F. Grant fue un personaje notable en Estados Unidos de finales de siglo XIX. Fue la primera persona negra en entrar y graduarse en la Harvard School of Dental Medicine.
Años más tarde se convirtió en el primer profesor afroamericano de la Universidad de Harvard y el presidente de la “Sociedad Odontológica de Harvard”, hasta que patentó el tee de madera.
Pese a que los tees escoceses habían tenido buena acogida, tenían un grave inconveniente, después de cada golpe salían propulsados por el impacto.
Geroge F. Grant dio solución a este problema creando un tee de madera, que se clavaba en el suelo, bajo la patente US638920A
El tee de madera moderno.
El más listo de todos fue William Lowel, un aficionado al golf que en 1922 talló un tee de madera muy parecido a los diseñados por George F. Grant, pero lo que Lowlel inventó fue la promoción de productos deportivos.
Creó productos idénticos, pintados en rojo y distribuidos en cajas, pero le faltaba algo fundamental… ¡Popularidad!
Así que se puso manos a la obra.
Nombró a su producto “Reddy Tee” y pagó 2.500 dólares, que en la época era mucho dinero, al vigente campeón del Open de Estados Unidos Walter Hagen (sí, el que sale en la Leyenda de Bagger Vance) para que usara y promocionara el “Reddy Tee”.
Como buen invento de marketing, la promoción fue un éxito y cualquier golfista que se preciara quería usar el Reddy tee, dicen que se llegaron a vender hasta setenta millones de Reddy’s en esa época.
Para finalizar, aquí tienes un vídeo que comenté a los suscriptores del boletín diario, con la mítica Laura Davies y como creaba sus tees de salida naturales.
Y tu… ¿Cómo de alto clavas el tee de madera?
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Interesante, cultura «golfística»..
Saludos cordiales, desde Chile.
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Pero eso está prohibido hoy en día no? Lo de Laura Davies del hachazo para modificar el suelo con un palo digo