¿Cuál es la mejor elección en el campo de golf?
Hace años, leí un libro titulado La paradoja de la elección: Por qué más es menos. En él se advertía de que el exceso de opciones en la sociedad (incluso algo tan sencillo como comprar unos vaqueros) no nos hacía más felices, sino que provocaba más estrés y ansiedad debido a unas expectativas poco realistas y a algo que se denomina «parálisis en la toma de decisiones».
En el momento en que lo leí, en 2012, me pareció muy relevante e interesante. Si avanzamos diez años, hasta la actualidad, parece que la tesis central del autor es aún más crítica y, por bajo mi punto de vista acertada.
De cualquier manera, no estoy aquí para guiarte en las decisiones de tu vida, pero quiero discutir cómo la paradoja de la elección es la raíz de los problemas de muchos golfistas aficionados, y discutir algunas ideas sobre lo que puedes hacer para que no afecte a tu juego ni a tus resultados.
La belleza del golf
Una de las partes más fascinantes del golf es que no hay una forma correcta de jugarlo. Creo que por eso una de las mejores afirmaciones del golf es que nadie te pregunta nunca ¿Cómo lo has hecho? Simplemente te preguntan ¿Cuántos golpes has dado?
La forma de jugar a golf de cada persona puede (y debe) tener su huella dactilar única, que va desde la forma en que hace el swing con el palo hasta incluso su comportamiento en el recorrido.
Cuando juegas a golf cada golpe te plantea una decisión diferente. Digamos que estás a 40 metros del green; podrías elegir hasta 5 palos y estilos de golpe dependiendo del estado del recorrido, de la ubicación de la bandera en green, el viento y las condiciones del césped. Dependiendo del jugador, y de su nivel de habilidad, cada uno de esos escenarios podría resultar un éxito o un fracaso. No se puede decir que haya una forma correcta de jugar ese golpe.
En todos los años que he jugado en competición, he visto muchos estilos diferentes de golfistas que podían hacer puntuaciones impresionantes. Van desde los que parecen más sólidos, con un swing de libro y un vuelo de bola penetrante… hasta los swings más extraños y poco ortodoxos pero que mandan la bola al sitio (casi) cada vez.
Sin embargo, todos esos golfistas tienen un rasgo común. Sea cual sea su método de juego o las decisiones que han tomado, todos tienen mucha convicción y creencia tanto en ellos mismo como en el golpe que van a dar.
¿Dónde puedes meterte en problemas?
Por desgracia, uno de los grandes atributos del golf es también uno de sus mayores retos. Con todas esas posibilidades de elección lo que acaba apareciendo es la duda e indecisión.
Siempre que juegas a golf puedes elegir la trayectoria del golpe, su dirección, etc. En función de la forma del hoyo, distancia a cubrir o condiciones climatológicas.
Si el viento sopla en contra, puedes alterar la técnica de tu movimiento para tratar de mantener la bola más baja con un golpe tipo “stinger. Simplemente coger más palo y hacer un swing más relajado para bajar el spin de la bola, o puedes jugar a que el golpe a green se quede muy corto para intentar un golpe de approach alrededor de green para dejar la bola más cerca del hoyo con mayor facilidad.
Si en el momento de la verdad tu cabeza da vueltas como la niña del exorcista de tantos golpes y opciones diferentes para elegir, se hace más difícil confiar en tu decisión. En el último segundo, seguramente vas a preguntarte si deberías haber elegido algo diferente.
Muchos de vosotros ya sabéis el tipo de golpe que precede a unos segundos de duda e incertidumbre justo antes de empezar a realizar el swing.
Además, casi ningún golfista tiene la habilidad de realizar un sinfín de golpes con regularidad. Incluso los jugadores del PGA Tour han aprendido que, para seguir siendo competitivos y mantener su trabajo, tienen que ceñirse a las técnicas que mejor se les dan y no intentar ser buenos en todo.
¿Por qué crees que Dustin Johnson juega un fade desde el tee sin importar cómo sea el hoyo? Porque sabe que puede hacerlo siempre y confía en la repetitividad de ese swing.
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La libertad de la sencillez
Si quieres convertirte en un mejor golfista y deseas obtener resultados más bajos, necesitas tener una fuerte convicción en tus decisiones. No se obtienen puntos extra en la tarjeta de puntuación por el estilo o belleza de tus golpes, simplemente se suman y todos valen igual.
Tu objetivo debería ser acercarte a la bola con la mente más clara (y decidida) posible. Y es por eso que yo mismo he pivotado mi forma de jugar hacia una forma de golf más directa, y la recomiendo a cualquiera que quiera mejorar. Si eliminas la mayoría de las opciones, tendrás menos oportunidades de ser indeciso. Quieres librarte de esa paradoja en la medida de lo posible.
¿Qué significa esto? He aquí algunos ejemplos para ilustrar mi punto de vista:
- No necesitas saber jugar la bola con todas las trayectorias y efectos.
- Las técnicas para golpes especiales, como los golpes contra el viento, no son necesarias; basta con coger más palo.
- Puedes apuntar al centro de cada green en lugar de intentar atacar cada bandera.
- Tener múltiples técnicas de wedge (flop, bump & run, etc.) no te hará mejor – elige una y hazte bueno en ella.
Durante mucho tiempo, intenté complicar el juego, pensando que necesitaba dominar todas las opciones. Sé que muchos de vosotros pensáis lo mismo.
En mi opinión, para facilitar tu golf deberías ir en la dirección contraria. Elimina la carga de todas estas opciones. Simplemente quédate con los golpes que te funcionan, confía en ellos y domínalos a fondo.
Te sentirás mucho más seguro y tendrás más libertad en tu juego.
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Marc Puig Marc@SotaPar.com @Golfing_marc |
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Solo les diré que vuestros comentarios son realmente excelentes,son por lejos lo mejor de todo lo que circula y leo relacionado con el golf.
Muchísimas gracias Pedro 😀