Todos los recorridos de golf son diferentes, en todo el mundo no podríamos encontrar dos iguales. Lo único que tienen en común absolutamente todos los campos de golf es “la distribución de los pares”.
Me explico un poco mejor, pues creo que me acabo de inventar esta expresión.
Con “la distribución de los pares” me refiero a que los pares 4 son los hoyos que más abundan en el recorrido.
La formula más estándar de distribución que encontramos es; 10 pares 4 + 4 pares 3 + 4 pares 5 conforman un total de 18 hoyos y un par 72.
A partir de ahí puede haber cambios, hay campos que cuentan con 5 o 6 pares 3 o, por el contrario, disponen solo de 1, 2 o 3 pares 5. En ambos casos, quedaría un recorrido par 70. Por poner algún ejemplo gráfico.
En definitiva.
Los pares 4 son los que más abundan, constituyendo más de la mitad de los hoyos de golf.
Anteriormente vimos las dificultades de los pares 3, donde descubrimos que pese a ser los hoyos más cortos son también los más complicados. Además, profundizamos en errores típicos de par 5, donde tenemos una falsa sensación de seguridad.
Los errores más comunes cometidos en los pares 4.
☠ Demasiada conciencia sobre los peligros
En repetidas ocasiones apelamos a la esperanza antes que a la práctica.
Por ejemplo; Nos colocamos en el tee de salida, la calle está bordeada por 2 bunkers, uno a 185 metros en el rough izquierdo y otro a 210 en el rough derecho.
La mayoría de golfistas se sitúan en el tee “Espero que vaya entre los dos” dejemos la esperanza a un lado y planifiquemos para evitarlos.
¿Cómo? Teniendo claro donde está el peligro
Hay algo que tenemos claro, el primer bunker está a 185 metros y el segundo a 210 metros ¡Actuemos en consecuencia!
Para evitar los bunkers tenemos varias opciones:
Dejar los 2 bunkers fuera de juego.
Jugar corto. La opción más simple, jugamos un palo que nos permita golpear poco menos de 180 metros y seguro que no llegaremos al peligro.
Dejar el bunker largo fuera de juego
En este caso el más largo. Recurriremos a un palo con el que no superemos los 210 metros (para no llegar al segundo bunker). Y jugaremos nuestro golpe apuntando ligeramente a la derecha, apuntando, por ejemplo, al bunker largo.
Si pegamos un golpe bueno o regular, mantendremos la bola fuera de bunker. Si pegamos un mal golpe (muy cerrado o pull) acabaremos en bunker.
Es una opción un poco más arriesgada, pero que nos genera mucha mayor amplitud desde el tee.
Dejar el bunker corto fuera de juego
La opción más arriesgada de todas. Si desde el tee eres capaz de conseguir una distancia de vuelo (carry) superior a 190 metros, puedes plantearte jugar la bola justo por encima del bunker corto.
De este modo lo dejamos fuera de juego y nos generamos un espacio amplio de caída de bola, a la izquierda del bunker largo.
Pueden parecer 3 escenarios simples, que ya conocíamos, pero recuerda, la cuestión no es saberlo sino ponerlo en práctica en el campo. Si usas esta reflexión, dejarás la esperanza a un lado y ganarás efectividad desde el tee.
🎯 Apuntar justo en el medio
Seguimos en el tee de salida para repasar otro error muy extendido, golfistas que pinchan la bola en la mitad exacta del tee y que apuntan justo en el medio de la calle para intentar conseguir un golpe recto que les deje en mitad de la calle.
Suena bonito. Pero el golf no funciona así.
Nuestros golpes siempre van a llevar algún tipo de efecto, aunque sea el más mínimo, pero rotarán a izquierda o derecha. En primer lugar, debemos tener claro si acostumbramos a abrir o cerrar la bola.
¡Ensancha la calle!
Si eres un golfista que normalmente abre la bola de forma natural (golpes con efecto izquierda- derecha), a la hora de colocarte en el tee hazlo en el lado derecho. Esto te permitirá apuntar más fácilmente y encararte hacia el lado izquierdo de la calle.
Saca la bola por el lado izquierdo y tendrás toda la amplitud de la calle para que la bola abra. Lo mismo a la inversa si eres un jugador de draw.
Adáptate al campo y las condiciones, igual algunas veces hasta es necesario apuntar al rough.
⏰ Atacar demasiado pronto
Este es el error que más caro pagamos.
Se aplica en 2 tipos antagónicos de par 4, los pares 4 muy cortos o los pares 4 largos.
Pares 4 cortos
En este tipo de hoyos solemos caer en la tentación de sacar el driver y pegarle con todo en un intento de llegar a green o dejarla lo más cerca posible.
Es una tentación difícil de resistir.
Pero no acostumbra a salir bien por 2 grandes motivos.
- El más obvio, intentamos forzar el golpe para conseguir ese extra de distancia y conseguimos un mal golpe
- El diseñador no construyo el hoyo para facilitar ese golpe, todo lo contrario. Aunque consigamos un golpe recto, seguramente acabaremos en problemas.
Recomendación: Juega un golpde desde el tee que sitúe la bola en tu distancia favorita para el tiro a green. ¡Ese será el momento de atacar! No antes.
Pares 4 largos
En esta ocasión pasa algo parecido al ejemplo anterior, pero con el segundo golpe.
Por pares 4 largos me refiero a aquellos que rondan o superan los 400 metros.
La distancia media desde el tee en golfistas aficionados ronda los 220 metros, así que para llegar a green en 2 digamos que necesitaríamos 2 golpes muy buenos.
Un gran drive y una muy buena madera 3.
Aquí es donde empiezan los problemas, en intentar cazar de dos el green con un golpe épico. ¡Que puede pasar! Pero lo recomendable sería plantear el segundo golpe como uno de colocación que nos deje opciones de realizar un buen approach.
💪 La recuperación heroica
Es algo sobre lo que ya hemos reflexionado en otras entradas, pero siempre se da en los pares 4, y evidentemente, siempre se da después de una mala salida.
La bola está en un sitio horrible, pero tenemos una mínima esperanza de hacerla llegar a green. Ya sea por un hueco estrechísimo, consiguiendo un efecto sobrehumano o con un golpe que no nos podemos ni imaginar.
Pero siempre acaba igual, en desastre.
Si has tenido una mala salida, vuelve a la calle y replantea el hoyo. ¡No pierdas 2 golpes por salvar 1!
¿En qué error has caído más veces?
Hej Marc!
Muy buenos consejos, que muchos deberían tener muy presente en el campo.
Recuerdo mi primer año saliendo al campo para jugar con el consiguiente miedo de caer en algún bunker o temiendo mandar la bola demasiado corta para terminar con un triple bogey en un par 5, pero como se suele decir, todo lo malo acaba terminando para pasar a lo bueno, y ahora lo interesantes es jugar solo un hierro 8 para hacer el par del hoyo.
Un saludo desde Suecia
Es increíble como nos cebamos en los hoyos largos para llegar de 2 a green. Muchas veces despreciando cualquier peligro.
Desde que en los campeonatos asumo jugar al bogey (muchas veces nuestro par), hago mejores resultados que antes.
Los riesgos los dejo para las pachangas o para esos días que sabes que, hagas lo que hagas, todo te va a salir bien.
Gracias por tu aportación Carlos 🙂
Tal como comentas, muchas veces, la mejor opción es jugar al bogey y olvidarnos de los metros de lo que hacen los demás.
Y dejar las heroicidades para las pachangas, si sale bien tendrás anecdota para toda la tarde, si sale mal… bueno qué esperabas.
¡Saludos!