Davis Love III es uno de los golfistas más míticos del PGA Tour, logró 20 victorias y 176 top 10 en el circuito. Resultó segundo en la temporada 1992, tercero en 1997, 1999 y 2003, quinto en 2001 y sexto en 1995.
Su única victoria en un torneo mayor fue en el Campeonato de la PGA de 1997. Fue segundo en el Masters de Augusta de 1995 y 1999, segundo en el Abierto de los Estados Unidos de 1996 y cuarto 1995, cuarto en el Abierto Británico de 2003 y quinto en 2004, y cuarto en el Campeonato de la PGA de 2005, logrando un total de 21 top 10 en torneos mayores.
Además, resultó segundo en el WGC Match Play de 2004 y 2006 y cuarto en 2000, y tercero en el WGC-Bridgestone Invitational de 2003, cuarto en 2004 y 2006 y quinto en 2001. Entre sus victorias en el PGA Tour se destacan dos en el Players Championship de 1992 y 2003, cinco en el Heritage de 1987, 1991, 1992, 1998 y 2003, y una en el Torneo de Campeones de 1993.
Fuera del PGA Tour, Love disputó seis ediciones de la Ryder entre 1993 y 2004 con el equipo estadounidense, obteniendo 11,5 puntos en 26 partidos. También representó al país en la Copa de Presidentes entre 1994 y 2005, consiguiendo 18 puntos en 28 partidos. Además, ganó la Copa Mundial de Golf por equipos en 1992, 1993, 1994 y 1995 junto a Fred Couples, al igual que la rama individual en 1995.
La reflexión más interesante de Davis Love III es:
“Usa las pendientes para mejorar tu plano”
Desde que entro en el PGA Tour, allá por 1986, ha sido reconocido como uno de los golfistas con más “talento natural” para el juego. Con un gran toque de bola y una larga pegada con el driver.
Sin embargo, como les pasa a muchos golfistas agraciados que logran llegar al circuito profesional gracias a su talento natural, Davis Love III llegó a un punto (en 1990) en el que su técnica no le permitía mejorar. Frustrado por la situación y aprovechando que Butch Harmond se encontraba en el campo sede del torneo, nuestro protagonista le pidió consejo, además de una revisión de su swing.
El torneo se disputaba en Japón y Love III jugó realmente mal en las dos primeras jornadas, tanto es así que pasó el corte situado entre los últimos clasificados. El viernes por la tarde empezó a entrenar con Butch, quien consideró que el causante de todos los problemas era una subida de palo demasiado vertical y larga.
Le pidió al jugados que visualizara el swing horizontal de un bateador de béisbol, a la hora de realizar el swing y practicaron en una pendiente, donde la bola quedaba más alta que los pies del golifista para facilitar el swing “plano” y esa sensación al mover el palo.
Con esta nueva idea en la mente, Davis Love III firmó 131 golpes, menos 13 en las dos ultimas vueltas del torneo, desde entonces, entrenador y jugador permanecen unidos.
Últimas reflexiones:
Ese mismo concepto es el que debes usar en todas las pendientes e inclinaciones del recorrido. En golf (casi) nunca tenemos un lie completamente plano, debemos adecuar nuestra idea de swing, nuestro movimiento para que vaya “conforme” a las pendientes del recorrido para facilitar nuestros golpes.
Cuando tenemos un golpe en bajada o en subida, lo ideal esa adecuar ligeramente el plano de nuestro swing para conseguir el mejor contacto posible. Por ejemplo, si tenemos un lie en bajada y atacamos con nuestro plano “normal” será bastante fácil que impactemos el suelo antes que la bola, propiciando un mal golpe.
Marc Puig
@Golfing_marc
marc@sotapar.com
me pareció buenos los concejos excelente