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Potencia en golf: la punta del iceberg.

El Arnold Palmer Invitational ha dejado imágenes para el recuerdo; evidentemente las más destacadas o, por lo menos, las que más revuelo han tenido, son los golpes de salida en el hoyo 6. Que, sin quererlo (o no) han convertido este hoyo en el más icónico del torneo, viendo a los jugadores apurando sus líneas por encima del agua.

Hace un par de años, en ese mismo hoyo, los de Golf Digest retaron a Justin James, Campeón del Mundo de Drive más Largo 2017 a intentar cazar el green con un solo golpe. (Creo que el vídeo todavía corre por youtube).

 

En ese momento debido a lo peculiar del reto, pues acabas dando click y visionándolo, pero al finalizar, piensas, pues vaya chorrada… ¿Esto para qué sirve?

Dos años más tarde, ese mismo reto. Un intento aparentemente descabellado vuelve a entrar en escena, pero no para un reto viral, en un evento del PGA Tour. Claro está que si hablamos de golf y de drivers potentes el protagonista tenía que ser Bryson DeChambeau.

No ha defraudado en su actuación. Se ha llevado la victoria a casa gracias a un juego sólido los 4 días de competición, especialmente el domingo. Pero creo que su mayor proeza ha sido acercar el golf a la gente, al gran público.

El golf es un deporte estigmatizado, con poca presencia en los medios de comunicación y menos en las redes sociales (en cuanto a perfiles y contenidos de “No Golf”) pero estos últimos días ha sido el protagonista.

Al igual que pasó con Jon Rahm en Augusta, día de entreno, en el hoyo 16 TODOS los golfistas que participan en el torneo aceptan el reto de intentar tirar a green haciendo rebotar la bola en el agua. Es una tradición del torneo. El golpe del Vasco acabó dentro del hoyo. Pues salió en todos los medios, todas las redes y se hizo muy viral. Nadie tenía ni idea de que pasó allí, tratando la noticia como un golpe de torneo y como un recurso que se había inventado Rahm. La imagen de un golfista rebotando la bola en el agua es lo bastante curiosa para atraer al gran público.  

 

Este fin de semana el culpable ha sido Bryson.

No solo por la bestialidad del golpe. Por todo el revuelo que causaba, griteríos, aplausos, ánimos, vítores, como la hinchada de cualquier deporte colectivo alentando a su equipo desde las gradas, pero en un campo de golf.

Y esto, quieras o no, humaniza el golf. Lo acerca a más gente. Hace que se asemeje más a los deportes que estamos acostumbrados a ver por la tele, haciéndolo menos serio, menos formal… menos aburrido para quien no le gusta el golf.

Creo que el concepto es interesante y que, inevitablemente el golf va a derivar en espectáculo, aunque los máximos organismos quieran hacerlo involucionar.

Nadie que no sea aficionado al golf aguantará mucho tiempo viendo un torneo de golf por la tele, es largo (dura varios días), hay que entender la profundidad de las reglas y golpes, además de el propio transcurrir del juego. Pero si le muestras un tío que intenta pegar un bolazo por encima de un lago y, para conseguirlo, necesita hacer volar la bola más de 300 metros, pues seguramente enganchas a más gente. Aunque solo sea por ver ese golpe.

Al igual que pasa con el golpe en el agua en el hoyo 16 (el día de entreno en augusta) o en el, también, hoyo 16 del Waste Management Phoenix Open, el hoyo más ruidoso del mundo, un par 3 rodeado prácticamente por un estadio deportivo con un numeroso público.

 

 

Volviendo al golf, DeChambeau se ha proclamado vencedor por un solo golpe. Viendo sus salidas y sus mejores golpes del torneo, es fácil pensar que gran parte de la victoria se debe a la distancia de sus golpeos. ¿Es así?

 

¿Qué dicen los números de Bryson?

Empezaremos por lo más evidente, lidera las estadísticas de distancia con el drive. Siendo el jugador con mayor distancia media desde el tee y también el jugador con el drive más largo del torneo (377 yardas) 344 metros.

Pero con esto no basta. Aunque ha sido el más bombardero del torneo, no ha sido de los más precisos ni de lejos con una efectividad desde el tee del 57%, empatado en el puesto 42 de más calles cogidas con 32 de 56 posibles.

 

 

Entonces ¿qué le ha convertido en ganador? ¿Qué marca la diferencia?

El científico loco ha liderado las estadísticas en golpes ganados (respecto a la media del PGA Tour) en total; gracias a su ventaja desde el tee de salida, pero también incluyen los datos de golpe a bandera, alrededor de green y putt. Con un total de 15,19 golpes ganados.

También ha sido de los mejores en el tiro a green, estableciéndose en tercera posición de jugadores con más greens en regulación. 50 de 72 posibles, con un acierto del 69, 44%. Es el tercer jugador que más birdies ha conseguido, 18 en total. Lo que significa que, en sus cuatro vueltas de torneo un 25% de los hoyos han acabado en birdie. Otro aspecto para destacar es que en los 72 hoyos no ha firmado ni un solo doble bogey o peor.

 

 

Últimas reflexiones:

Según dice el propio Bryson, lo que le inspiró para seguir siendo fiel a su estilo de juego y quizá ir un poco más allá, fue un mensaje de Tiger Woods. Todavía convaleciente de su accidente de coche, el mejor golfista de todos los tiempos le hizo una doble recomendación.

“Play it bold and keep pushing golf boundaries”

La traducción literal sería algo así como; juega valiente (con coraje) y sigue desafiando los límites del golf. Pero los golfistas sabemos que lo que le dijo Tiger a Bryson fue; “Sal a tope, pégale fuerte y al trapo”.

 

 

 

 

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