Finalmente, diversos compromisos no me permitieron competir el fin de semana. Pero sí jugar unos hoyos tardíos el sábado, con Julián, quien se solidarizó conmigo.
Después de nuestro match particular, pude volver a saborear la cerveza de la victoria post-partido, evidentemente, financiada por el perdedor. No hay nada más especial que ese sabor a victoria, pero eso os lo contaré otro día.
El caso es que una cosa levó a la otra y se nos acabó haciendo tarde, así que, decidimos cenar ahí mismo. A la velada se unió la mujer de Julián, quien sin ser golfista (ni haber tocado un palo en su vida), me iluminó con algunas rutinas de los golfistas apasionados.
Después de un rato donde la conversación fue monopolizada por hoyos, swings, wedges, consejo y anécdotas Sandra explotó. Con un poco de odio en la mirada, y resignación en su tono me decía, medio a voces:
– ¡Es que lo de este hombre (Julián) es demasiado! ¿Cómo puede ser tan desastre y pasota con todo, pero, tan meticuloso y organizado para el golf? Debería aplicarse igual para todo, mira solo por nombrar algunas cosas que hace por el golf, me decía…
- Madruga, mucho, muchísimo. Y encima… ¡en fin de semana!
Toda la semana bostezando y refunfuñando, pero el fin de semana casi no ha sonado el despertador y ya está en pié.
- ¡Le encanta ir de compras! Se pasa largas horas en los pro-shops, comparando palos, preguntando por las novedades, combinando colores, probándose una prenda tras otra.
- Se fija en todos los detalles, muchísimo, busca información, lee largo y tendido. ¡Incluso toma clases! Analiza los swings que ve por la tele, se apunta notas para probarlo en el campo de prácticas…
Y así una tras de otra, en realidad me dijo muchísimas cosas más, pero estas 3 se me quedaron grabadas. Yo me reía a carcajadas escuchándola, y viendo la cara de circunstancia de mi amigo.
De vuelta a casa, muerto de la risa, pensaba en contarle las “costumbres de Julián” con el golf. Pero, llegando a la puerta me quedé paralizado pensando…
¡Coño! Pero si esto también lo hago yo… y casi todos los golfistas que conozco.
Así que mantuve silencio, como una tumba, no vaya a ser…
Si tienes ganas de madrugar en fin de semana, ya que perteneces a nuestro distinguido club, puedes jugar torneo cerca de casa, en Golf la Roca.
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