Jugar a golf es maravilloso. Una auténtica batalla contigo mismo y el recorrido, capaz de agotar mental y físicamente a cualquiera, aunque muchos no iniciados consideren que es un deporte pasivo o de poca exigencia.
La realidad, que conocemos solamente los golfistas es que, durante una vuelta de golf te recorren infinidad de sensaciones y sentimientos que debes saber gestionar. Pero eso no es todo, además, debes dominar tu cuerpo, como poco, el movimiento que realizas en cada swing.
🌶 La primera intención es la que cuenta.
Es algo que siempre debes aplicar en el campo de golf, va mucho más allá de la intuición. Cuando te planteas cualquier golpe, ya sea para elegir el palo o decidir la trayectoria / estrategia.
A nuestra mente le vale con un solo vistazo para analizar y decidir qué es lo necesario.
Para ponerlo en un ejemplo tangible, cuando te enfrentas a una salida complicada desde el tee, ya sea porque la calle es estrecha o debido a que está bien protegida.
Ante este tipo de salidas, existen dos opciones; pegar un palo corto tipo hierro para asegurar la calle o darle con el driver a por todas.
Una parece segura, la otra arriesgada. Pero es tu cuerpo (más bien tu mente) quien te va a decir que es lo que necesitas.
Algunos golfistas se sienten muy seguros con un hierro / híbrido / madera, por lo que les es fácil asegurar la calle, al contrario que el segundo tipo de golfistas. Aunque tienen un buen golpeo de hierros largos, cuando juegan a asegurar sienten el peligro más cerca, como que no tienen margen de error… y acaban fallando.
En golf, todo es momento de sensaciones.
Si sientes que debes pegarle el driver, aunque todos salgan con hierro, aunque te digan que es arriesgado, aunque lo que sea… si sientes que le debes pegar el driver… pégale. Y al revés.
Lo que quiero transmitirte es que “hacer lo correcto” no significa que vaya a salir bien.
¿Cuántas veces has pegado hierro para asegurar calle y has acabado liado?
¿Cuántas veces te has forzado a pegar drive y la has cagado?
¿Cuántas veces has cambiado de palo en el último momento y el bueno era el 1º?
🧐 Los sentidos nos engañan en el campo de golf.
Es algo que va muy ligado a la primera reflexión. Especialmente cuando hay presión o te sientes indeciso a la hora de elegir el golpe.
Los sentidos nos engañan. Nos hacen percibir como reales, cosas que sabemos que son falsas.
El otro día me encontraba viendo una película, de las que a mi me gustan. Suspense, crimen, investigaciones y giros bastante radicales. Además, basada en hechos reales. BAC Nord: Brigada de Investigación Criminal se llama.
Tres son los protagonistas, tres policías. Uno de ellos, en algunos planos y ángulos, tiene un gran parecido con Jon Rahm. Tanto es así que me hizo hasta dudar de si era él o no en algunas escenas (como la de abajo).
Tengo claro que el golfista español no ha participado en ninguna película, pero hubo momentos en los que me parecía él.
🔥 Lo mismo pasa en el recorrido.
Por ejemplo, cuando un gran bunker / lago protege el green. Desde tu posición parece que la bandera esté pegada a la arena / agua, que casi no hay espacio. Si tu golpe se desvía mínimamente la bola acabará en mal lugar.
Es una sensación que todos hemos vivido en el campo de golf y casi nunca es cierta. Es simplemente una percepción que tenemos debido al momento de tensión / presión a la que estamos sometiendo nuestra mente. Cuanto más nos presionemos o más miedo tengamos, menos espacio veremos para nuestro golpe. Más complicado nos va a parecer.
Ante esos momentos, respira, analiza. En torneo, casi siempre, tenemos las posiciones de bandera. Por lo que puedes saber exactamente, cuántos metros hay desde bandera hasta el límite de green, además de la distancia entre green y obstáculo. Me atrevo a decir que, como mínimo, tendrás 10 metros de margen por el lado más estrecho (siempre puedes jugar al otro lado).
No dejes que tus sentidos te engañen en el campo de golf.
Marc Puig
Marc@SotaPar.com
@Golfing_marc