La última edición del Northern Trust Open, prueba del PGA Tour, nos ha dejado varias interesantes lecciones. Y todavía pueden quedar algunas más, dado que el torneo tuvo que aplazar la última jornada a hoy (lunes) debido a las inclemencias climatológicas.
Pero ha dejado grandes momentos para el recuerdo y valiosas lecciones, tanto es así que no vale la pena ni esperar a que acabe. Por lo menos así es como lo veo yo. En las siguientes líneas, como cada lunes de opinión, intentaré reflejar lo más destacado del torneo para el golfista aficionado.
No desde la óptica de espectador o aficionado al deporte. Siguiendo la línea de posts de este blog, me centraré en aquello que le puede servir al golfista para aprender, mejorar su juego y, con algo de suerte, reflexionar.
Lecciones del Northern Trust Open 21.
Estos tipos son como todos nosotros.
Vale. Está claro que juegan a golf de escándalo, mucho mejor que nosotros, de otro modo, estaríamos todos ahí. Pero no son máquinas, son personas y como tales, tienen altibajos.
Destacaría la vuelta del viernes de Justin Thomas. Si nos fijamos en el resultado final, 69 golpes para firmar menos dos puede parecer una vuelta insulsa. Más bien pareció una montaña rusa, como las que viven los golfistas aficionados, pero al revés.
Arrancó bogey – par – bogey y cruzó la primera vuelta con +3. Lo bueno se hizo esperar, acabó birdie – birdie – birdie- Eagle – par para situarse a dos del líder.
Absolutamente siempre se puede cambiar el chip y reencontrase con su juego, el problema viene cuando nos abandonamos en el recorrido. Ahí solo haremos que sumar golpes a lo tonto.
La suerte también entra en juego. Siempre.
Esta la repasaremos muy por encima pues hablé de ella en el email del sábado con los suscriptores. La suerte siempre entra en juego en el campo de golf, para los golfistas de más alto nivel y también para cualquier jugador aficionado. También hay que buscarla un poquito.
Jordan Spieth la encontró los hoyos 5 y 6 de la vuelta del viernes. Cuando embocó dos eagles seguids desde fuera de green, el primero desde 82 yardas el segundo un approach alrededor de green.
¿Suerte o talento? Sea como sea firmó menos 4 en dos hoyos. Algo de su parte tuvo que poner, pero me atrevo a decir que tuvo bastante suerte… Quien te dice que no puedes embocar el próximo golpe. Lúchalo.
Hay que adaptarse a las circunstancias.
Esta es una máxima del golf. La gracia de este deporte es saberse adaptar a las circunstancias, ya sean del recorrido, de la climatología, de nuestro propio cuerpo o de nuestro material.
Dustin Johnson rompió su driver minutos antes de salir al campo. Se dio cuenta que el palo había quedado inservible y salió al campo sin drive ni madera 3 en la bolsa. El golfista no tenía driver de repuesto y el siguiente palo en la bolsa era la madera 5, por suerte tenía una madera 3 bastante cerrada en el coche, que llegó a su bolsa en el segundo hoyo.
En este caso la sorpresa es que no pudiera conseguir un driver para salir al campo, aunque fuera justo de tiempo el despliegue en estos torneos suele ser inmenso, desconozco por qué no pudo conseguir uno en el camión de Taylor Made rápidamente.
Es algo que puede ocurrir a cualquiera y en el caso de un aficionado, quedará condenado a jugar sin driver (a menos que se compre uno en el pro-shop justo antes de salir, cosa que no le recomendaría). Siempre debemos adaptarnos a las circunstancias y avanzar, no estancarnos o lamentarnos, Dustin consiguió finalizar la vuelta bajo par…
Jon Rahm es una bestia parda.
Con solo 26 años el golfista vasco está revolucionando el mundo del golf con su juego. Nunca ha pasado desapercibido en el PGA Tour pero, últimamente, parece ser el hombre a seguir.
Se ha acostumbrado a estar ahí arriba, luchando por la victoria y, pese a su juventud, parece sentirse cómodo cuando es señalado como favorito. Supongo que es algo normal cuando eres el número 1 del Ranking Mundial de Golfistas.
La lección que Jon nos deja es que tienes que ir a tope cuando te sientas bien. El golf es un deporte de sensaciones y, cada golfista se conoce muy bien (o debería) así que, cuando te sientes bien y tu juego está en sintonía es cuando puedes atacar.
El mismo Jon declaró que durante la tercera vuelta, viendo que la previsión climatológica era catastrófica jugó a saco, como si fuera un domingo… para escalar tanto como pudiera o sacar la máxima ventaja. Tu eres el barómetro de tu propio golf.
Marc Puig
@Golfing_marc
marc@sotapar.com
