En el contexto de la covid, desde los inicios de la pandemia, siempre hemos defendido el golf como un deporte seguro. Y, de hecho, lo es, siempre que lo mantengamos seguro entre todos los golfistas.
Ha habido muchos cambios en los recorridos, muchos.
Ya no queda ni rastro de maquinas limpia-bolas por el campo (y los pocos que se dejan ver están precintados, al igual que los bancos. Los rastrillos han desaparecido de todas las trampas de arena, obligándonos a bailar el bunker para alisar la arena.
¿El cambio más destacado?
El hoyo. Aunque hay diversas fórmulas para evitar que metamos la mano dentro del hoyo después de embocar, el resultado es siempre el mismo.
Hoyos poco profundos y banderas fijas. Que algunas veces son más un estorbo que una ayuda.
Estas son algunas de las adaptaciones que han tenido que hacer en todos los clubes de golf, pero, por sí solas, no convierten el golf en un deporte seguro.
¿Por qué el golf es un deporte seguro?
- Se practica al aire libre.
- No es un deporte de contacto.
- Se puede mantener fácilmente la distancia de seguridad.
- Se han implementado protocolos “sin contacto” en los clubes.
Viendo los cuatro puntos anteriores, no cabe duda, el golf es un deporte seguro.
¡Pero depende de nosotros que lo sea!
Una vez más, depende de todas las personas que integramos la comunidad golfística.
Después de un tiempo paseando de nuevo por diferentes recorridos de golf, observando golfistas en el transcurso de sus partidos, creo que todavía mantenemos costumbres peligrosas.
Por muy concienciados que estemos, en determinadas circunstancias actuamos movidos por la costumbre, y es ahí donde nos ponemos a todos en peligro.
Algunas de las acciones que debemos erradicar de los campos de golf:
I. Pasarnos la bola provisional
Cuando una persona juega una bola provisional, evidentemente, no tiene muy claro si encontrará la primera. Además, las provisionales (como toda buena segunda oportunidad) acaban en medio de la calle.
En el momento que el jugador encuentra su primera bola, la provisional suele estar alejada. Por lo que, la acostumbran a recoger los compañeros de partido. Ya sea tirándola a lo béisbol o guardándola hasta el green.
En cualquiera de los casos esta práctica debe desaparecer, o cambiarla radicalmente por un puntapié a la bola.
II. Mascarillas, en algún caso es necesaria.
Debemos ser conscientes de ello. Muchos golfistas creen que al entrar en el club ya están a salvo, ellos y los demás.
La mascarilla debe usarse en las zonas comunes del club, para protegernos a nosotros mismos, pero, sobre todo, a los demás.
Debe usarse en el buggy cuando compartamos buggy con una persona no conviviente, si se da el caso, al igual que se indica para los viajes en coche, los integrantes del buggy deben usar mascarilla.
Además de ser recomendable que conduzca (toque el volante) exclusivamente uno de los dos integrantes.
III. Prestarse cosas
No es que los jugadores al golf compartamos cosas durante un partido, pero, de nuevo, viejas costumbres pueden jugarnos malas pasadas en momentos determinados.
2 ejemplos clásicos:
- a) Un jugador llega al tee de salida y cuando se quiere dar cuenta, no tiene tees en el bolsillo a mano.
Ante esta situación cualquier persona del grupo se hecha la mano al bolsillo para pasarle un tee y que pueda dar su golpe de salida.
- b) En el juego corto, la bola de un jugador (que además siempre está lejos) reposa en el green interfiriendo en el juego. Algún integrante del grupo la marca, con su moneda, para después volverla a colocar.
Ambas situaciones se viven en el 90% de los partidos de golf y son un foco de contagio.
IV. Controlar el resultado
Al participar en torneos, debemos ser cuidadosos con el registro de la puntuación, en algunos casos, la tarjeta de juego la toca únicamente el marcador o un integrante del grupo lleva las cuentas con una tarjeta virtual.
Algo fácil y práctico para el transcurso del juego, pero los problemas vienen al acabar, queremos repasar el resultado, comprobar que esté bien, etc. Algo lógico, especialmente tras un buen resultado.
El problema viene cuando, tirados por la costumbre, los jugadores empiezan a intercambiarse tarjetas o móviles para comprobar los resultados en lugar de hacerlo oralmente.
V. Egoísmos en el campo de prácticas
Los protocolos han llegado hasta el campo de prácticas, los cubos donde transportamos las bolas han adquirido un nuevo circuito, desinfectándose después de cada uso para convertirse en un objeto individual.
Algo que cuesta meterse en la cabeza, es cierto que la cesta de prácticas es el objeto más compartido en el mundo del golf, es más tampoco hay una para cada persona, pero debemos ser conscientes y coger las cestas desinfectadas para después depositarlas en el área designada no dejarlas tiradas al lado de la alfombra.
VI. El hoyo 19
El hoyo favorito de muchos, si has jugado bien es la mejor parte del recorrido, donde poder comentar la jugada maestra, por el contrario, si has jugado un pésimo partido es el lugar ideal donde relajarse y dejarlo atrás. En cualquier caso, debemos seguir manteniendo las medidas de seguridad.
El golf es un deporte seguro, se puede practicar manteniendo la seguridad de todos los jugadores. Pero depende de todos, depende de nosotros, depende de ti.
¿Y tu, juegas de forma segura? ¿Qué recomendaciones añadirías?
Únete a la newsletter de golf más activa.
Mejora tu golf sin fórmulas mágicas ni gurús.
¿te ha parecido interesante y no nos recibes vía mail?
No te pierdas nada. Todo tu golf, a diario, en tu dispositivo.