El swing de golf, como cualquier movimiento que realicemos está regido por las leyes de la física. Aunque no las tengamos en cuenta o, directamente, no las conozcamos, siempre nos encontramos bajo sus efectos.
Puede parecer que conocerlas y dominarlas al dedillo sea algo productivo para tu swing de golf, es decir, que, si nos aprovechamos de ellas, podremos golpear mejor la bola. Esto es casi cierto. Me atrevo a decir que, si fuéramos máquinas o robots podríamos usarlas claramente a nuestro favor para propiciar los golpes necesarios en cada momento.
Desgraciadamente no lo somos.
Tanto es así que en algunas ocasiones el swing de golf “va en contra” de la física, en otras, en cambio, podemos aprovecharnos de ella para tener una idea más clara de lo que debemos hacer.
En este post encontrarás dos explicaciones físicas del swing de golf y la potencia de los golpes.
El efecto del doble péndulo.
En física, el péndulo doble es un péndulo uniso a otro péndulo en uno de sus extremos. El primer péndulo oscila desde un punto de pivote fijo y el segundo desde el final del primero.
A lo largo del swing de golf, los brazos, la muñeca y el palo crean un efecto de doble péndulo.
El primer péndulo son los brazos, con los hombros como pivotes, el péndulo superior. El segundo péndulo es el palo de golf, con las muñecas como pivotes, el péndulo inferior.
El funcionamiento eficiente del doble péndulo crea un movimiento potente, transmitiendo esa potencia a la bola en el momento del impacto
Cuando llegamos a la cima de la subida del palo, las muñecas se mantienen relativamente planas, pero cuando empezamos a bajar “accionamos las bisagras” de nuestro cuerpo, generando un movimiento de doble péndulo.
La muñeca delantera (izquierda para golfistas diestros) comienza a girar hacia el objetivo, generando lo que técnicamente, en golf llamamos lag, una especie de atraso en el impacto para aprovechar toda la potencia.
Para pegar bien a la bola con este lag, utilizando el efecto de doble péndulo debemos cuadrar muy bien los tempos. Si vamos demasiado rápidos la bola podrá salir en cualquier dirección menos recta, debido al poco control sobre la cara del palo. Al contrario, si vamos demasiado lentos, la velocidad de palo no será suficiente para generar un golpe potente, lo que derivará en golpes imprecisos y cortos.
El efecto doble péndulo en el swing de golf permite que la energía cinética viaje desde el cuerpo, por los brazo, bajando por las muñecas hasta el palo de golf y, a través del impacto, a la bola.
La forma más eficiente de a aplicar potencia a la bola y, por tanto, conseguir distancia es a través del lag o el efecto doble péndulo. Si quieres saber más de ello pincha aquí.
Fuerza centrípeta
La fuerza centrípeta es la fuerza neta aplicada a un cuerpo para mantenerlo en movimiento en una trayectoria circular. Es dirigida desde el centro del movimiento circular.
Por ejemplo, la gravedad de la tierra (que se origina en el centro) actúa sobre un satélite, la luna, en el espacio exterior para ayudarlo a seguir moviéndose en órbita, es decir, en círculos alrededor de la tierra.
En el swing de golf creamos mucha fuerza centrípeta girar las caderas y la parte inferior del cuerpo, el movimiento de las muñecas hacia adentro y el movimiento hacia afuera del palo de golf crea fuerza centrípeta.
Este hecho lleva a una de las mayores malinterpretaciones en golf. Esto se debe a que (científicamente) cuanto más largo sea el radio del círculo, menos fuerza tendrá que aplicar para mantener la rotación.
Por lo tanto, la longitud del palo de golf (debería) estr directamente relacionada con la fuerza centrípeta y, a su vez, está relacionada con la distancia a la que se puede golpear la bola. Esta afirmación es teóricamente correcta, son las leyes de la física. Así que, cuando las marcas (o los testers) prueban los palos de golf con robots que siempre realizan EXACTAMENTE el mismo swing, es cierto que, a más longitud de palo más distancia.
En humanos o en la práctica esta teoría no funciona.
OJO. Hay golfistas a los que sí se les cumple y son capaces de generar más energía centrípeta con palos más largos, pero la mayoría de golfistas, especialmente los aficionados, no cumplirían esa regla.
Así que, aunque la teoría diga una cosa, la práctica y la experiencia desmienten este hecho.
Marc Puig
@Golfing_marc
marc@sotapar.com
